Madre y padre, una gran decisión es aceptar a tus hijos como seres independientes, sin posesividad.
Eso implica entender que son autónomos y que no vienen al mundo a satisfacer tus expectativas.
Al crecer harán lo que ellos quieren y tomarán sus propias decisiones con autonomía.
No es fácil aceptarlo porque todos tendemos a imponer a otros nuestra visión de la vida.
Surgen las crisis cuando los niños dejan de serlo y los padres se resisten a aceptar ese cambio.
Sólo con un amor real renunciamos a las exigencias y amamos sin manipular y sin dejarnos manipular.
Nadie está obligado a dar gusto a otros si, al hacerlo, sacrifica su paz, sus sueños y su felicidad.
Todo fluye si amamos de un modo incondicional y sabemos ceder sin el freno del egoísmo.
@gonzalogallog