Como tantas palabras del español, el término culpa viene del latín y se escribe igual.
En su origen se aplica a una falta o un error, y se le aplica o la asume quien ha actuado mal.
En la inculta cultura, se enseña a castigarse o darse duro por eso, sobre todo por influjo religioso.
Los sentimientos de culpa, no solo no arreglan nada, sino que empeoran la situación.
En efecto, te hacen sentir mal, bajan tu amor propio y, al sentirte débil, fácilmente vuelves a fallar.
Lo sano y sabio es aceptar tu responsabilidad, comprender, y perdonarte y perdonar.
Si te amas, eres consciente de tus errores, sin necesidad de flagelarte o hacer sentir mal a otros.
Cada ser hace lo mejor que puede en su realidad, en desamor, inconsciencia e ignorancia.
@gonzalogallog