Tú eliges vivir una Navidad con acelere o con calma, con un toque espiritual o un acento comercial o rumbero.
Supuestamente debes regalar algo y ojalá fuera más amor, ternura, perdón y cercanía con tus seres amados.
Esos aguinaldos valen mucho, no cuestan nada y en realidad son los únicos que ellos necesitan y te los agradecerán de corazón.
Dar cosas es fácil, pero el mejor regalo es darte a ti mismo como un árbol y en otros ejemplos de la naturaleza.
El árbol te alegra con sus primorosas flores, te sirve con sus frutos y te da sombra y su madera. En suma, se da todo.
Una feliz navidad es iluminar como las lucecitas que te hechizan y ponerle colores a la vida como los que te dan regocijo en los adornos.
Una Navidad memorable es tener presente a Yeshua, amarlo, seguir sus pasos y practicar su mensaje de amor.
Si Él está presente para ti y los que amas, este mes será en verdad luminoso, amoroso y gozoso. Tú eliges.
@gonzalogallog