En un sereno relax medita y, en conexión con Dios, examina cómo marcha tu vida.
Si amarte y amar es tu prioridad, es seguro que todo fluye bien, incluso con pruebas.
Si no dedicas tiempo a tu ser y tu espíritu, vives huyendo, y pasas de un incendio a un naufragio.
Necesitas calmarte y caer en las cuenta de que necesitas hacer buenos cambios.
Elige desentrañar las causas de tu actuar y sanar heridas emocionales de tu infancia.
Ora con fe y da gracias a Dios que te da lucidez para conocerte bien y dar un giro a tu vida.
Lo más seguro es que precises la guía de una persona sabia, y unas terapias sanadoras. Ánimo, ámate, te comprometes y todo va a mejorar. Grita “me cansé de sufrir” y busca ayuda.
@gonzalogallog