El emperador romano Constantino estuvo al frente del imperio del 306 al 337 d.C.
Es conocido por ser el primer emperador romano que autorizó el culto cristiano.
La Iglesia y sus historiadores lo presentan como creyente, pero lo que hizo fue una jugada política.
Hizo eso con astucia ante al crecimiento exponencial del número de cristianos en el Imperio.
Su bautismo en el lecho de muerte no prueba para nada que fuera un creyente.
Hay monedas en las que Constantino rinde culto al mismo tiempo a Cristo y a los dioses paganos.
En el 325 reunió a 300 obispos en el Concilio de Nicea que eligió los libros que entraron al Nuevo Testamento.
Después, en el 380, el emperador Teodosio convirtió el cristianismo en la religión oficial del imperio.
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