Todos los días te preguntan varias veces: “¿Cómo estás?”, y tú eliges una respuesta que puede sonar así:
Excelente, gracias a Dios; superbien y mejorando, de maravilla, muy bien, megabien; mejor, mejor y mejor.
Al hacerlo refuerzas tu actitud positiva y les das nutrientes y fuerza a tu mente y tu espíritu.
Al mismo tiempo, fluyes con la ley de atracción y te llegan más cosas buenas porque es lo que piensas y lo que dices.
Tu respuesta influye en ti porque la estás dando bien o mal miles y miles de veces durante toda tu vida.
Por eso oscureces tu horizonte y atraes lo peor cuando tus respuestas son negativas:
Mal, en la olla, jodido, más o menos, pasándola, malangas; llevado como todo el mundo. Así lo decretas y así será.
Recuerdo ahora a un amigo en silla de ruedas que siempre responde: “Excelente, gracias a Dios”. Tú eliges.
@gonzalogallog