En una relación te sientes rico cuando notas que con el otro hay insospechadas coincidencias.
Entonces le dices: “!Wau! a los dos nos gusta la misma música, el mar, bailar y varias comidas”.
Y la otra persona te responde: “!Si, qué bueno! Somos bastante iguales en varias cosas”.
Perfecto, eso es grato y une más. Pero ¿acaso te aporta algo nuevo y te enriquece?
No, incluso, eso mal manejado, puede originar peleas, o llevar a la monotonía por falta de variedad.
Lo que te brinda algo atrayente son las diferencias, solo que hay que manejarlas con amor.
Amar es que, en lugar de pelear por los gustos del otro, logras que eso también te enamore a ti.
Aunque se diga lo contrario, “entre gustos hay muchos disgustos” cuando el amor está ausente.
@gonzalogallog