Todos morimos cuando es, ni antes, ni después. Eso lo programas con Dios antes de venir.
En el cielo haces un Plan de vida, y eliges un tipo de muerte según lo que hay que aprender y enseñar.
Es lo mismo que hizo Jesús, vino con una misión salvadora que incluía una terrible muerte en la cruz.
Dios no te quita a nadie, sencillamente acepta lo que elegiste y te da su fuerza y su paz.
Toda muerte es un acto de amor. Muertes trágicas como la de Jesús cambian vidas y enseñan mucho.
Gracias a ellas nacen lindas fundaciones como Carla Cristina y Ximena Rico para niños pobres de Medellín.
Pregúntate para qué murió tu ser querido, en lugar de atormentarte con lacerantes porqués.
En el más allá hay moradas o niveles y compartes con los que puedes, según lo que sembraste.
@gonzalogallog