Se dispersan los males y las cuitas si actúas con una amorosa aceptación de todo y de todos. Decreta:
“Fluyo y no batallo con la realidad, acojo sin resistencia lo que no puedo cambiar.
Dios mío, siempre estás conmigo y además me acompañan dos presencias de luz. Nunca estoy solo.
Aceptación y paciencia es lo que tú, Dios, me regalas cuando oro con fe y actúo con amor.
Gracias ángel guardián y mi espíritu guía que me conducen y me inspiran, si sé escucharlos.
Doy gracias cuando el sol despunta y empieza un nuevo día. Oro con fe y con amor y decreto:
“Tengo paz porque asumo lo adverso sin quejas; no es resignación, es paciencia y flexibilidad.
Soy paciente y confío, actúo con comprensión y alejo un ánimo beligerante. Gracias, Dios mío, te amo.
@gonzalogallog