Amar es no interferir en el camino de otros, evitando que aprendan con dolor.
Quien obra mal, tiene que sufrir las consecuencias de su actuar o no cambia.
Todas las almas han de encontrar su propio camino y alcanzar la meta a su manera.
Puedes llegar a la luz con la meditación, la oración, la contemplación o vivencias espirituales.
Es triste que muchos tengan que sufrir para dar un giro y vivir en amor y en paz.
Sigue la senda estrecha y directa, en amorosa unidad con Dios, la divinidad en tu interior.
No te desanimes si el trayecto es áspero y duro; continúa subiendo y llegarás allí.
Sé fuerte y de espíritu valeroso. Dios te guía en cada paso del camino, si se lo permites.