Los expertos aseguran que a las 18 semanas un bebé ya responde al sonido de la música.
A un bebé le encanta escuchar música y ésta lo calma cuando las melodías son relajantes.
Se habla del “Efecto Mozart”, pero hay melodías más hermosas de Bach y otros compositores.
La música es una fuerza poderosa, y cuando es armoniosa, su efecto es positivo y cohesivo.
El jazz, por ejemplo, como es libre por naturaleza, incita a la creatividad y la variedad.
Cuando un niño aprende a tocar un instrumento musical, aumenta hasta en siete puntos su coeficiente intelectual.
Pero hay algo mejor, su autoamor y su confianza crecen y también su capacidad de relacionarse mejor.
Abre las puertas de tu vida a la música para divertirte o relajarte. Logra que tus hijos se enamoren de ella en toda su variedad.
@gonzalogallog