Cuenta la historia que un sabio rabino reunió a sus alumnos y les preguntó:
-¿Cómo sabemos el momento exacto en que termina la noche y comienza el día?
- Cuando, de lejos, somos capaces de diferenciar una oveja de un cachorro -dijo uno de ellos-.
El rabino no quedó satisfecho con la respuesta.
- Sé que ya es de día cuando puedo distinguir, a la distancia, un olivo de una higuera- agregó otro-.
Puede haber una respuesta mejor que esas, sentenció sonriente el buen rabino.
- ¿Cuál es la respuesta, entonces? -preguntaron los seguidores-.
Y el rabino dijo:
- Cuando un extraño se aproxima y nosotros lo confundimos con nuestro hermano y lo amamos como tal.
Ese es el momento cuando la noche acaba y comienza el día. Ese es el instante en el que brilla la luz del amor.
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