Si pudieras ofender a Dios, entonces no sería Dios, no, nunca puedes ofenderlo.
Los credos te lo dicen para hacerte sentir mal, y se inventaron algo inexistente como el pecado original.
Créelo, no puedes ofender a Dios, y Él tampoco tiene nada que perdonarte. ¿Lo entiendes?
Simplemente reconoce tus errores y aprende de ellos sin culparte, porque el amor de Dios es incondicional.
Perdónate sin lacerarte con la culpa, toma un nuevo rumbo y no lleves a cuestas el pasado.
Las caídas son aprendizajes para volver a confiar, cambiar algo, y crecer en comprensión y en humildad.
Cuando caes, puedes entender a otros porque piensas: “Yo también me he equivocado”.
Si no caes, no puedes con el orgullo, y te crees bueno. Dios te ama hagas lo que hagas. Levántate de cada caída.
@gonzalogallog