En el siguiente escrito distingo entre un yo amoroso y un ego soberbio. Pero el ego no es malo.
El yo ama, el ego posee; el yo comparte, el ego acumula; el yo es auténtico, el ego aparenta.
Tu yo superior te dice: ama para darte, dar y recibir; tu ego te susurra: quiere sólo para recibir y dominar.
El yo perdona, el ego odia; tu yo conectado con Dios es libre, tu ego es prisionero de los apegos.
El yo esencial comprende, el ego juzga; el yo sirve, el ego compite; el yo es humilde, el ego es soberbio.
El Yo Superior es Dios dentro de ti, eres tú centrado en el amor, es tu ego amoroso.
El ego soberbio es el yo falseado, bloqueado en el desamor, vacío, sin espiritualidad.
¿Cómo silencias el ego soberbio? Es un trabajo espiritual exigente que pide práctica y trabajo interior.