Amado Dios, gracias por tu amor infinito, inefable, inconmensurable, e incondicional.

Es sabio que ante todo me ame a mí mismo porque de otro modo no puedo amar a nadie.

Cuanto amo y me amo, estoy en el sendero de la luz, y puedo ayudar a otros a que también se amen.

Dios, ¡qué bueno despertar en el corazón de mis hermanos un amor verdadero, compasivo, generoso!

Más que con palabras, son mis buenas acciones las que pueden influir en los demás.

Ellos son libres para actuar, y yo no debo presionar a nadie ni interferir en su proceso.

Señor, es falta de respeto intentar cambiar a los otros, es falta de amor querer controlarlos.  

Lo sabio es seguir mi proceso y aceptar que los otros va a su ritmo y así están bien. Gracias Dios mío.

@gonzalogallog