Dios, fuente universal del amor, en un duelo me siento desfallecer y necesito pensar que nunca vivo nada que no pueda soportar si creo, amo y espero. Con esperanza te siento en mi interior, no me aíslo y me aferro a lo mejor de mí mismo y de la vida. Acepto que la muerte es solo un paso entre vidas y suelto a mi ser amado que ha trascendido. Confío que vive a tu lado y está bien, mejor que acá.
Creo que solo muere el cuerpo y que la vida continúa en una hermosa dimensión de amor de paz y de luz. Morir es renacer y tú me ayudas a creer que puedo aprender a amar sin necesitar el cuerpo físico de quien ha partido. Nada se resiste al poder de la fe y del amor. Tú eres mi luz, mi fuerza y mi paz.
Elijo aceptar lo que no puedo cambiar, como la partida de los que amo. Tú, Padre bueno, estás conmigo cuando me asedian las dudas y tiendo a sucumbir. Nunca te vas de mi lado, me acompañas siempre. Con tu fuerza sigo adelante, supero la tristeza y me animo a transformar esta dura experiencia en consciencia y comprender que no me quitas a los que amo. Tu esperanza es mi baluarte, las sombras se irán y, un día, con paciencia, la semilla será un hermoso árbol. Te amo, Señor. Gracias.
@gonzalogallog