En Extremadura, provincia de España, el escritor Lándaro, presentador en la entrega de medallas a quienes ejercían cargos públicos, en su discurso, se despachó de esta manera: “Queridos políticos iréis de cabeza al infierno; pero no por haber sido perezosos, bebedores o puteros o codiciosos o serviles o cobardes o descreídos, no, eso Dios lo perdona. Iréis al infierno por no haber traído a Extremadura el tren que Extremadura se merece” (ABC 14/09/2022)., recuerda también que salía de su región a ver pasar el tren porque era lo único que pasaba en España. Aquí en Manizales tampoco pasa el tren, levantaron los rieles hace mucho tiempo y a poco que nos descuidemos tampoco llegarán los aviones. El aeropuerto que se construya no es solo para que los manizaleños salgan, que también, sino para que nos visiten; cuando llegar se hace difícil disminuye el turismo y además perdemos la oportunidad de ser centro de reuniones zonales porque se preferirá alguna otra ciudad que ofrezca fácil acceso. Sí abandonamos la construcción del Aeropuerto del Café iniciamos el camino para convertirnos en aldea. Antes de la división de Caldas Manizales no solo era la capital política o administrativa sino la sede industrial y económica. En educación también marchábamos adelante con la Universidad de Caldas y colegios de bachillerato con internados con estudiantes que venían de todo el país; yo fui interno del Instituto Universitario y allí venían estudiantes de todas partes, especialmente del viejo Caldas. El aeropuerto que se está terminando tiene una pista de 1.460 mts, pero está diseñado y el lugar lo permite para ampliaciones de 2.600 y 3.600 metros. Por Manizales, dada su localización, no pasan grandes autopistas, si nos quedamos sin aeropuerto quedaremos aislados, y punto.
Aun cuando ya no ejerzo, soy abogado y, por mucho tiempo juez y magistrado y, si bien mis preferencias fueron por el Derecho Civil, en algún momento también ejercí el Derecho Penal, pero también fui hijo y soy padre. Por esta última razón dejo de lado lo que pensaría un juez, para decir que no entiendo la sevicia contra Aida Victoria Merlán, hija de la delincuente que se fugó aprovechando una cita odontológica. Debo creer que la hija estaba enterada del plan de escapatoria. ¿debió denunciarla o negarse a llevar el bolso? Yo no conozco el expediente, pero lo que se deduce de la fuga es la deficiente vigilancia de los agentes que debían custodiarla ¿por qué no la acompañaron hasta el interior del consultorio, por qué no revisaron el bolso? De vigilantes a la salida, nada, solo la moto que esperaba y que tranquilamente abordó la fugitiva, solo faltó el aplauso del público.
El ministro de Salud del anterior gobierno, Dr. Fernando Ruíz Gómez, tiene bien ganado el respeto y, sobre todo, el agradecimiento del pueblo colombiano, por su gestión frente a la pandemia. Desde luego, los héroes son muchos y no solo el gobierno, que también, especialmente médicos y enfermeras que actuaban en primera línea, ampliaban sus horarios y multiplicando su esfuerzo salvaron muchas vidas, pero esa voluntad hubiese sido insuficiente sin la entrega total del gobierno y de su ministro de salud para ampliar la capacidad de atención, pues, desde luego, no teníamos camas, ni respiradores, ni medicinas suficientes y, luego, la vacunación que significó un esfuerzo mayúsculo, no estábamos preparados pero el gobierno, con el ministro de salud al frente, superaron todas las dificultades. Hoy gracias a ellos respiramos tranquilos. El exministro, con la sana aspiración optó por presentar su candidatura a la Organización Panamericana de la salud, OPS, pero el Dr. Gustavo Petro no avaló su solicitud. Quizás tenga otro candidato, los tiene para todo, o, apoyará el de otro país y, desde luego, él no tiene que dar cuentas.
Pero, para decepciones la del candidato Rodolfo Hernández, a la brava hizo uso del derecho a ocupar una curul en el Senado y, en apenas un mes se cansó o entendió que no era lo suyo y anunció que se retiraba, que no lideraría la oposición. La explicación es muy suya: “… siento que me estoy robando el salario” y, además, no lo necesita. Creo que con la decisión se aparta de cualquier liderazgo nacional. Qué tal si lo elegimos y se no aburre. En una columna anterior relaté la anécdota del pintor que en Atenas exhibía sus obras al público y luego disfrazado escuchaba los comentarios de sus obras. Fue así como oyó que un zapatero frente a una de sus pinturas demostró que un pie estaba mal dibujado. El pintor lo bajó, lo corrigió de acuerdo con los señalamientos y el crítico se hizo famoso. Un tiempo después y frente a otra exposición el mismo personaje se atrevió a señalar supuestas deficiencias en el dibujo de la capa, por lo que el pintor descubriéndose, le dijo: Zapatero a tus zapatos.