Se negaban a salir del clóset… La unión con el capo del presupuesto municipal, de la burocracia, de la contratación estatal, del direccionamiento de órdenes macabras, y el constreñidor experto e inescrupuloso era en sí una vergüenza. Pusieron a circular versiones de que otros podrían lucrarse con el favor de aquel infante díscolo que, desde el piso 16 de la alcaldía de Manizales, o desde algún lugar incógnito donde suele ocultar sus desvaríos, les propondría inmolarse ante los electores, a cambio de su millonaria suciedad y fétidas acciones.
Pero al fin confirmaron lo que se rumoreaba: que la ungida era la inamovible; la incorruptible; la única representante del género femenino en contienda; la candidata que días antes explotó, iracunda, en sus redes, exigiendo respeto porque las evidencias delataban sus alianzas secretas y fingió algo de pudor. Seguramente conservaba la absurda esperanza de llegar incólume al día de elecciones sin tener que develar su vergonzosa sociedad que, sin lugar a dudas, estaba planificada desde que se presentó como independiente, logrando que su campaña iniciara con anticipación a la de sus contendores.
Y seguramente vendrán nuevas alianzas pues el negocio ya está montado y hay muchos aspirantes sin posibilidades para quienes puede ser rentable ceder ante las dádivas, o las promesas, o los ofrecimientos de quienes no saben nada distinto a mercadear con lo público, o a ofrecer lo que no es suyo, o a desfalcar las arcas que administran, o a constreñir a quienes consideran sus lacayos y súbditos.
¡Nos creen estúpidos! Tantas vueltas y tanto histrionismo de la candidata Paula Toro, para terminar donde todos sabíamos desde el principio que lo haría; tanta alharaca tratando de esconder lo evidente y tratando de ocultar sus orígenes para terminar ahogada en el estiércol que inundó a Manizales; tanto disimulo para terminar encerrada en un mar de polución del que nunca podrá salir. Esos son los valores que se pregonan pero que, al final, cuando la verdad aflora, provocan mucha más vergüenza para la actividad política, y mucha más ofensa para quienes creyeron con sinceridad en lo que se les presentó como una nueva opción.
Advierto que no es fácil aludir a una dama en quien muchos creían que podría ser la portadora de un estandarte sincero, renovador y ejemplar. Pero ver que tanta estructura, capacidad y solvencia terminó siendo el instrumento para que la mafia que hoy nos gobierna pretenda perpetuarse en el poder, no es solo decepcionante sino ofensivo y alarmante. Porque ratificamos que quienes destruyeron y saquearon a Manizales carecen absolutamente de vergüenza y dignidad, pues hoy profanan las ruinas de la ciudad, buscando apoderarse de todo el departamento. ¡Esto es increíble! En palabras de la propia Paula Toro: ¡Respeten!
Pero bueno… Estamos a punto de terminar la tortura de tener en el poder a personas sin escrúpulos, sin reatos, sin vergüenza y sin el más mínimo amor por la ciudad. Manizales sabrá castigar en las urnas lo que sufrió en estos últimos cuatro años; sabrá cobrarles mediante los mecanismos democráticos el retroceso que le provocaron. Estamos a solo 29 días de decirle a la mafia Marín Osorio que la repudiamos y que nunca podremos olvidar que por la alcaldía de la hidalga ciudad, pasó una aplanadora petrista pestilente dejando una huella de la que tendremos que aprender, ya que es imposible de borrar. Una huella de la que los candidatos Henry Gutiérrez y Paula Toro parecen sentirse orgullosos, a pesar del asco que nos produce al resto de manizaleños y caldenses. ¿O acaso Henry Gutiérrez estará esperando a que Caldas lo premie por haber sido la estafeta de un alcalde que hundió a Manizales en esta sima de horror? ¿O Paula Toro sentirá orgullo de darles nuevo aliento a quienes saquearon, atrofiaron y destruyeron la ciudad que dice querer gobernar?
Aunque en medio de todo este desastre tenemos que agradecerle a la mafia Marín Osorio algo que parecía improbable: lograron unir a los manizaleños y caldenses decentes en una sola voz que hoy les grita con todas sus fuerzas: ¡Fuera, fuera, fuera…!