Si se hiciera una encuesta entre los colombianos sobre cuál consideran que es el principal problema nacional, las respuestas serían diversas: La corrupción; todas las violencias y el narcotráfico; el desempleo, la informalidad laboral, la pobreza y el hambre; la desigualdad social; las fallas de la salud y la educación; la carestía de los servicios públicos; la falta de vías y de buena calidad… Problemas todos graves que deben ser superados, como ha ocurrido en los países que, sin ser perfectos, padecen mucho menos por sus debilidades.
Señalado lo anterior, recordar que el problema principal es el que juega un papel determinante sobre los demás. Un ejemplo ilustra la importancia de detectarlo: Si se va donde el médico con cinco males diferentes y el médico trata cuatro de ellos, pero no trata el principal, el mortal, porque no lo detecta o no lo considera el fundamental, el enfermo morirá. Aunque los países no mueren, si se equivocan al no detectar las causas principales de sus problemas jamás los superarán y seguirán en crisis que tenderán a agravarse, con consecuencias iguales o peores que las que pueden llevar a gobiernos más equivocados que los que ya fallaron.
¿Por qué los colombianos emigran más hacia Estados Unidos y la Unión Europea? ¿Qué consiguen allá? No padecer las debilidades económicas, sociales y políticas de Colombia o sufrirlas en menores proporciones. ¿Y cómo resumir el origen económico de esas diferencias entre los países? La manera más fácil es comparar la riqueza que produce cada uno por habitante. En dólares de 2022, Colombia apenas genera 6.657, Estados Unidos 77.246, Suecia 56.299, Alemania 48.718, España 29.674, diferencias que con los años les han acumulado las ventajas de todo tipo. Y, como es obvio, unos Estados tienen mayores recursos para atender mejor las necesidades ciudadanas.
¿Por qué el gran y doloroso subdesarrollo de Colombia? No es, como señala el prejuicio racista, que los colombianos seamos brutos y perezosos, falacia que ya la ciencia descartó y que refuta que en los países a los que migran tantos compatriotas tengamos la merecida fama de ser excelentes trabajadores. Y la desmiente que en Colombia operen unas 900 trasnacionales, que en general no exportan y hacen grandes utilidades, en las que casi todos los que trabajan en ellas, como directivos o como trabajadores rasos, son colombianos.
¿Por qué se llegó a este capitalismo enclenque? ¿Cuál es la falla política que lo ha generado? Que los gobiernos colombianos no se han propuesto crear más y mejor trabajo y más riqueza, con el fin de sacar el país del subdesarrollo, aprovechando además las inmensas riquezas naturales que poseemos y lo que enseña la experiencia de los países desarrollados. Y porque hace 80 años -¡ocho décadas!- todos los gobiernos -incluido el de Petro- decidieron someter a Colombia a las orientaciones del FMI, como si el objetivo de esa institución fuera traerle la felicidad a toda la humanidad y no favorecer a los países que la controlan.
Ya es hora de sincerarse sobre estas realidades -entre ellas poder mencionar todas las causas del subdesarrollo-, para llegar a un amplio acuerdo nacional capaz de sacarnos de esa condición y ofrecerles a los colombianos, en Colombia, una vida amable, con empleos de mayor productividad e ingresos dignos.