La información alrededor del proceso de investigación científica permanece en los registros de los investigadores o en los anaqueles de las instituciones que respaldan las actividades de quienes desean buscar nuevos horizontes o complementar los existentes o ratificarlos o controvertirlos para expresar o no, información diferente.
La investigación puede emerger y desarrollarse en núcleos aislados o hacer parte de cadenas preconcebidas, con nítidas normas investigativas, con el fin de hacer comparables los resultados, positivos o negativos, siempre guardando la independencia crítica necesaria.
En sentido amplio, desde siempre el ser humano ha investigado y obtenido datos y, sobre todo, experiencia que va acumulando hasta el fin de sus días, no sin antes haber transferido, en infinidad de casos, sus hallazgos a otros 
El descubrimiento de la existencia de los hongos requirió  de dos elementos y una variable: Una gelatina inerte, aire y tiempo. Luego, con pocas substancias, elementos e instrumentos rudimentarios y tiempos variables, pero con elevado grado de observación, se conquistaron informaciones valiosas que aún siguen vigentes.
Una de las fuentes para investigaciones biológicas han sido los seres humanos. Han tenido diferentes papeles en distintas épocas. Desde su participación anónima hasta la reconocida. Desde su intervención obligatoria hasta la voluntaria. Desde su cooperación altruista hasta la financiada. Desde la contribución autorizada hasta la oculta.
Entre  los sujetos humanos tributarios de investigación se hallan desde recién nacidos hasta viejos, podían incluir estudiantes, amigos, familiares y colegas; restringidos de la libertad; incompetentes mentales; enfermos con diferentes patologías, ya sea con vida o en fase de cadáver. Las variables eran innumerables a definición de protocolos investigativos aprobados o no, como sucedía antiguamente. 
Llegó la época de la concepción, práctica y exigencia de los derechos humanos y se impusieron, paso a paso, a través de los días, impactando en la necesidad de contar con personas conscientes de su participación como fuente de investigación. Con ello se establecieron los estrictos, hoy ineludibles, controles, que deben tener los procesos investigativos con referencia a la participación de seres humanos.
Ahora no hay posibilidad de eximir al investigador de cumplir con los requisitos de contar explícitamente con la autorización del participante, salvo en situaciones especiales de incapacidad mental, por cualquier motivo, por lo cual el permiso debe provenir de los sujetos que ejercen la potestad legal de los enfermos o de los impedidos jurídicamente.
Otro aspecto que debe ser respetado, se refiere a que las investigaciones en seres humanos, cualquiera que sea el grupo seleccionado, no puede atentar contra la vida ya sea durante un segundo o una porción mayor de tiempo. Hoy, el ser humano no puede estar al servicio indiscriminado del investigador aún tenga consentimiento informado.  
Los médicos canadienses acaban de presentar disculpas por las investigaciones que han atentado contra indígenas de sus territorios. Habría que revisar las investigaciones colombianas que pudieron violentar la existencia de las personas involucradas. Finalmente, hay que recordar que las normas no son retroactivas.