Ha vuelto la consideración de una Colombia federalista. La semana anterior los gobernadores reunidos en una de sus frecuentes sesiones, con carácter de integración, retomaron el tema e hicieron sus aportes para analizar la constitución de un país federal.
Las últimas generaciones han vivido en un país centralista. El tema tiene muchas aristas y ahora es fácil la adhesión al centralismo colombiano, porque se encuentra ligada a la manera de existir vigente que otorga la conservación de un Estado con estabilidad derivada de largas décadas, con metas definidas, partiendo de la división territorial desarrollada en los últimos 138 años.
La historia cuenta la lucha que se desató entre 1812-1815 por la construcción de un país federalista en contra de uno centralista. El Prócer Antonio Amador José Nariño Álvarez del Casal por los centralistas, a nombre del gobierno de Cundinamarca, y Camilo Torres y Tenorio por los federalistas, como líder de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, lo cual suscitó una guerra civil al enfrentar los bandos en los cuales estaba dividida la población.
La guerra estuvo cruzada con las campañas españolas para recuperar totalmente la Nueva Granada. Con el triunfo de Nariño en Santafé terminó el conflicto y ambos bandos se unieron para combatir a los realistas en el camino de la Independencia de Colombia. Sin embargo, la semilla de la federalización jamás se acabó y muestra de ello son los diferentes frentes anunciados para lograr un verdadero país federalista, a semejanza de: Brasil, México, Argentina y Venezuela.
De un país con estados fuertes como Cauca, Antioquia o Cundinamarca, se pasó finalmente a la estructura departamental total como la que existe hoy en el país. En 1985 aparecieron las leyes que propiciaron las elecciones populares para alcaldes y gobernadores apropiándoles nuevos recursos y funciones.
¿Colombia centralista o federalista? Actualmente no es el problema mayor; pero las personas se van ubicando en uno u otro bando, partiendo del extremo del simple querer, o del otro lado, hasta estar adheridos a la realidad la cual varía muy poco según el tiempo. Las necesidades serán la justificación y el motor de la modificación
El menor problema del federalismo es la distribución de territorio. El nuevo modelo asimétrico, jamás será simétrico, tiene ventajas y desventajas. Ningún sistema es absolutamente ideal en el corto o largo plazo. Colombia del año1900 es muy diferente en su estructura interna a la actualidad. Los problemas de territorio se van agravando en la medida en que se exigen o se ofrecen maneras diferentes de estar en el país y las regiones.
Colombia ha sido fragmentada en 33 territorios, 32 más 1 DC, y 1120 municipios. Todavía hoy se planean nuevas reparticiones administrativas en el país como es el caso del departamento en el sector medio del río de La Magdalena; ello será un camino de apoyo indirecto a la federalización.
Viene entonces el concepto de regiones que resultaría de agrupar departamentos; compleja decisión, bajo múltiples conceptos, porque la repartición político administrativa actual está dada por la Constitución. Muy difícil, aunque no imposible, que hoy los habitantes cedan sus derechos a elegir y ser elegidos para la conducción de sus departamentos.
Cada ciudadano desde ahora debería hacerse varias preguntas: ¿A cuál región de las 8 que se han mencionado, quisiera pertenecer? ¿Cuál le ofrecería mejores garantías a usted y su familia? ¿Cómo se conservarían y manejarían los recursos para distribuir entre todos? ¿Cómo se manejarían las rentas locales o regionales? ¿Cómo se conservarían los beneficios políticos?
En fin, el camino es tortuoso para definir finalmente si el país quiere cambiar a federalista. Pero la decisión será de todos.