En una reciente exposición virtual desde España el escritor e historiador israelí Yuval Noah Harari, quien se autoproclama ateo y autor de varias obras reconocidas como: Sapiens: De animales dioses y 21 lecciones para el siglo XXI, hizo una interesante explicación sobre la juventud y la preparación para su futuro.
Hace un aporte sobre la vida de las personas cuando explica que el trajín cotidiano de quienes viven se divide en dos grandes etapas: La primera, su juventud, consiste en aprender; y la segunda, su adultez, radica en desarrollar ese aprendizaje y por lo tanto implica laborar; y aquí hay que agregar que puede emplear su tiempo para confrontar lo asimilado.
Pero advierte que ese es el modelo caduco y que, debido a la rapidez de los cambios, que se dan todas partes, las personas tendrán que tener una permanente disposición a aprender a cada instante y hay que adicionar hasta la senectud, partiendo de una renovación continua de lo previamente aprendido; y también se debe agregar que la experiencia tiene que estar en permanente revalidación.
Derivado de lo anterior explica que la sentencia: No sé, es una manera de estar dispuesto a adoptar los nuevos conocimientos borrando todo lo anterior y estar atento a los nuevos retos que le impone el diario vivir.
Pero la frase: No sé tiene varias implicaciones. La que él argumenta como una expresión de honradez y disposición para lo nuevo; otra que identifica la ausencia de sapiencia ante la obligación del conocimiento previo; y otra más, a veces más frecuente de lo que se espera, es que sabiendo no lo reconoce por múltiples motivos.
Esta última interpretación produce diversos estados entre quienes emiten la frase y en aquellos que escuchan. No sé, expresada como disculpa, puede ser aceptada siempre y cuando la honradez sea la base para emitir la sentencia. Porque, como se ha dicho siempre, nadie está obligado a lo imposible ni es absolutamente responsable por los sucesos no controlados que le han marcado.
No saber debiendo saber es una falta. Olvidar el saber tiene diferentes connotaciones, porque, si se argumenta esta falta de memoria simplemente por vejez o enfermedad, es disculpable totalmente. Pero si es por adoptar una conducta evasiva merece al menos una reconvención, y si ello se repite frecuentemente con el mismo tema y en circunstancias parecidas debe afrontarse otro trato.
A diferencia de hace 70 años, hoy es muy difícil prever los acontecimientos del mañana y casi imposible los de pasado mañana. Yuval Noah Harari lo reconoce; pero aun así no se puede convertir la vida en un carrusel diario y solo vivir para horas porque esa no es la conducta de los seres humanos modernos, que tienen la capacidad de proyectar para lograr metas futuristas en bien de las especies. Las grandes obras humanas se han concebido en parte para lo próximo pero en gran medida para la posteridad.
Pero en infinidad de veces lo que se planeó para un futuro inmediato resiste el paso del tiempo con ventajas indudables a lo largo del tiempo.
Expresar: No sé, puede ser una conducta honrada como lo ha dicho Yuval; pero, en boca de un funcionario en los actos de posesión y referente a las funciones que le corresponderá desempeñar, es al menos un acto de irresponsabilidad por cuanto se le nombra en el ámbito de su desempeño y es depositario de la confianza de muchos, a veces millones.
En estos casos el nominador y el posesionado son igualmente responsables y los dos deben ser objeto de juicio por las falencias.
No sé, no puede ser una fórmula indiscriminada y universal.