Existe en el concepto de los habitantes occidentales la separación de dos mundos: El viejo y el nuevo. Otros territorios asumen distintas denominaciones para dividir la tierra. Primero europeos y luego americanos, asumieron la existencia de seres humanos según sus descubridores.
Quienes llegaban a los nuevos territorios se encontraban con dos posibilidades: La presencia seres humanos o áreas inhóspitas. El comportamiento de los descubridores era diferente según los hallazgos; pero, con el tiempo parecían confundirse en sus propósitos en la medida en que las comunidades nativas eran evidentes y estables o las que paulatinamente se fueron formando por la interrelación de las personas: Entre extranjeros y vernáculos, solamente entre foráneos o exclusivamente entre indígenas.
El arribo de Cristóbal Colón y sus primeros compañeros de odisea, en 1492, inició una nueva etapa de lo que después se denominaría América.
Los cuatro viajes del genovés, entre 1492 y 1502, significaron distintos hechos que lamentablemente, por ignorancia o intereses, los han enfocado de variada forma. Se ha considerado que uno de los problemas derivados fue la propagación de microorganismos reconocidamente patógenos, de Europa a América o inversamente.
Science se ha referido a un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en donde mediante un modelo matemático, no IA, se demuestra que los microorganismos tenían una probabilidad baja, para viajar largas distancias y menos con el número de marinos y el tipo de embarcaciones utilizadas.
En el experimento se tuvieron en cuenta factores dependientes del virus, el viaje y la infección en personas. Si el virus era altamente letal ningún descubridor llegaría hasta el fin del viaje. Si el virus no se transmitía con facilidad, éste se extinguiría. De allí que el virus, con transmisibilidad intermedia, pudiera arribar al destino.
En infectología se debió tener en cuenta el período de incubación y el tiempo que el virus pudiera permanecer en el ser humano y fuera fuente de infección. Los autores de la investigación plantean, de mayor a menor, la forma de permanecer la viruela, el sarampión e influenza, durante un desplazamiento largo.
Ello permitió deducir, con evidencias previas y profundamente conocidas ahora, que entre más corto el viaje más probabilidad existe de dispersar a otros territorios la enfermedad. De allí, epidemias y pandemias.
Hay que expresar que, de viajes marítimos de 30 o 15 días entre Italia y Buenaventura, se ha pasado a 12 horas en avión. Fácil cualquier infección en la distancia.
Parece que antes de Colón se habían propagado la tuberculosis, el paludismo, la lepra y la peste. Sin embargo, el factor inmunitario no fue planteado en su amplio contexto.
Los autores han sido controvertidos, aunque expresen que la investigación entrega explicaciones de forma: Clara, mecanicista y biológica.
Con todo lo analizado sigue quedando por fuera la sífilis. ¿De allá para acá o de aquí para allá? Inclusive, son importantes los vikingos.
No hay capítulo final, pero Colón sigue siendo Cristóbal.