Cada ley en su lugar
Los colombianos están en medio de una serie de proyectos de cambio que han sido o serán presentados por el gobierno u otras personas que representan distintos e innumerables intereses, todos los cuales pretenden reformar lo existente o establecer nuevos rumbos para beneficio de los ciudadanos.
Se siente una inseguridad sobre el futuro en varios aspectos vitales para quienes viven en Colombia. Las reformas en: Sistema de Atención en Salud, pensiones, laboral, educación superior, adscripción de la policía y la política entre otras de un lado y del otro los nuevos proyectos como el denominado del sometimiento, por mencionar un ejemplo.
Todas ellas serán importantes, como todas las leyes, en la existencia repúblicana. ¿Cuál será finalmente la decisión del Congreso y posteriormente de la Corte? Es una verdadera encrucijada porque nadie está seguro de nada y la mayoría de las personas interesadas, que debieran ser todas, no tienen una posición definida, salvo en algunos aspectos puntuales de los proyectos. Inclusive, muchos reducen su opinión a una escueta calificación de bueno o malo quizás inducida por el conocimiento parcial o las opiniones de otros que tienen intereses diversos.
Quienes oyen, leen o ven noticias y comentarios diarios o semanales están conscientes de la abrumadora carga mental y emocional sobre la situación actual y futura del país que les corresponderá vivir personalmente, o en cabeza de su familia o su descendencia. ¿A quién creerle para cimentar una acertada posición en medio de los proemios legales?
Los candidatos
Cada día transcurrido se acerca indefectiblemente al veredicto de las urnas para gobernador, alcaldes, diputados o concejales. Los interesados en ocupar las diferentes sillas han comenzado sus campañas, ahora sutilmente, porque son legalmente extemporáneas.
Las listas de precandidatos comienzan a circular para el público con cierta timidez, entendiendo que todavía no están completas ya sea por la llegada de nuevos aspirantes o la deserción por múltiples causas, unas comprensibles y otras no.
Sin embargo, las preguntas cruciales que serán útiles hasta la hora del cierre de las urnas pueden resumirse en: ¿Cómo desea que fuera su elegido? ¿Qué espera de su candidato en caso de ganar? ¿Qué hará si lo desilusiona quien gane o no cumple explícitamente con lo prometido y que lo indujo a votar por su persona? ¿Tendrá que esperar cuatro años para el cambio? ¿Hará oposición real y franca o será un escudero irreductible? ¿El silencio será su norma?
Por ello, la selección del candidato es de la mayor importancia. Esto se repite infinidad de veces; pero lastimosamente, para decidir, se cae en situaciones más emocionales que analíticas, con la consiguiente gravedad como sucede ahora en muchos sitios del país, con el correspondiente riesgo de la ingobernabilidad o desencanto masivo, apuntalado por la inercia y una palabrería insulsa de impotencia por no ejercer firmemente los derechos.
De la vida real
Hay toda clase de ejemplos de sucesos admirables en la vida real, no ficticia, de los seres humanos en todas las fases de la existencia. Cada persona puede aportar infinidad de muestras dependiendo de sus reflexiones, y la comunicación de ellas dependerá de la parquedad o la efusividad de quien las ha vivido. Algunos las resumen en anécdotas y hay verdaderas joyas en la vida de todos. ¿Sobrevivir en la actualidad es una proeza?
¿Y, el país?
Donde están los colombianos ante la inclemente agresión mortal que padecen quienes han sido o son líderes sociales. Hombres y mujeres están expuestos al exterminio que no puede justificarse por ningún motivo. Mientras tanto en el país los debates parecen fuera de lugar ante una paz más urgida a cada instante.