Ya no solo basta hacer campaña y ganar las elecciones, que de hecho es bien complejo; también hay que ir a cuidar los votos para que ninguno se desaparezca y después de todo ese periplo es necesario la defensa de lo que se ganó en los estrados judiciales, confirmando no solo el derecho a estar en el lugar para el cual fue elegido, sino también su legitimidad jurídica. Ante este panorama quiero contarles a los ciudadanos y lectores de este medio lo que hemos vivido durante estos meses de demandas.
Ante la Sala 04 del Tribunal Administrativo de Caldas se tramitaron dos procesos de nulidad electoral en contra de nuestra elección como concejales de la ciudad de Manizales para el periodo constitucional 2024-2027. Este proceso fue fundamentado en la renuncia de dos candidatas del género femenino que hacían parte de la lista al Concejo por el Partido Alianza Verde, argumentando que con ello se afectaba el cumplimiento de la denominada cuota de género.
Los procesos de nulidad electoral los puede iniciar cualquier ciudadano, en este caso en particular, ambos demandantes fueron dos candidatos al Concejo de Manizales, quienes no obtuvieron la votación suficiente para ocupar una curul en esta corporación. Hago la anterioridad claridad porque, si bien soy respetuoso del derecho al acceso a la administración de justicia, considero que los estrados judiciales no pueden convertirse en una alternativa secundaria a la contienda electoral. En criterio de este concejal resulta reprochable que se use un tema tan delicado y sensible, como es la participación de las mujeres en política, para alcanzar un interés particular, llegar al Concejo de Manizales a toda costa.
En el trasegar del proceso, demostramos con los testimonios de Valentina y Mariana que las renuncias a sus candidaturas correspondían exclusivamente a motivos personales y que, el Partido Alianza Verde brindó todas las garantías para la participación de las mujeres en la contienda electoral, siendo esta una de las pruebas más importantes para llevar al convencimiento absoluto del magistrado ponente respecto a las circunstancias de estas renuncias.
Como dije en líneas anteriores, fuimos demandados en dos ocasiones, sin embargo en virtud a los principios de celeridad y economía procesal se unificaron ambos procesos. Una de estas demandas, es una vergüenza, fundamentada en mentiras, con argumentos carentes de sentido, con una citación normativa que en nada se compadecía con la naturaleza del proceso, irrespetuosa y temeraria.
En igual sentido, se suscitaron comentarios falsos en torno al sentido del fallo, se rumoraba que habíamos perdido, que el Tribunal había permitido a una parte conocer el fallo antes de ser público y que efectivamente había salido en nuestra contra; comentarios mal intencionados que llegaron a redes sociales y a medios de comunicación con una única pretensión y era generar zozobra, presionar al sistema judicial y a los medios, inducir en error a los ciudadanos y como consecuencia de eso, generar un perjuicio tanto a la opinión pública como a la misma corporación.
Hoy con mucha alegría compartimos con ustedes este resultado que, debo admitir, no brotó de un proceso sencillo; sin embargo el mismo no es más que la justicia haciendo lo propio. Siempre seremos respetuosos de las decisiones judiciales en esta instancia y en cualquier otra. Agradezco a mi equipo de trabajo por estar siempre unido en este proceso, y en especial a mi gerente de campaña, Manuela Muñoz, por su tenacidad al liderar este caso que hoy llega a feliz término.