Si evaluamos los pros y los contras de la creación del Área Metropolitana, con absoluta certeza resultará una extensísima lista de bondades y ventajas, así como una muy reducida -me atrevería a decir que ‘casi’ inexistente- lista de contras. Pero más allá de las innegables e innumerables bondades; más allá de los incontables beneficios que traería el “trabajo en equipo” en la planeación conjunta del desarrollo entre municipios vecinos; más allá del sinnúmero de proyectos que podrían ejecutarse, con impactos concretos y tangibles, en lo económico, social, tecnológico, ambiental, físico, cultural, territorial, entre otros; más allá de todo ello, conviene reflexionar si realmente se ha trabajado con todos los actores necesarios, la divulgación requerida y la antelación suficiente.
Porque hay que reconocer que el “grueso” de la población no entiende claramente lo que significa y representa un Área Metropolitana, ni cómo podría beneficiar en lo colectivo, ni de qué manera podría sacar provecho de los tantos “hechos metropolitanos” que el Área traería. Y lo digo de manera respetuosa y constructiva, pero considero que ha debido empezarse, por lo menos un año atrás, una agresiva campaña en todos los medios de comunicación locales y regionales, así como en redes sociales, para que de manera didáctica y práctica la gente entendiera su alcance. Confiemos, con todo y ello, que este domingo “alcancen los votos”.
Y es que no hay que desestimar las cifras del censo electoral ni el hecho de que al menos el 5% de este debe salir a votar la Consulta. Ello significa que en Manizales deberán votar al menos 17.184 personas, en Neira 1.012, Palestina 766, Villamaría 2.302 y Chinchiná 2.373, con el agravante de que en este último existe un marcado rechazo en buena parte de la dirigencia local. En suma, en los cinco municipios, deberán salir a Votar al menos 23.636 personas y de ellas 11.819 (la mitad más uno) deberán hacerlo por el Sí.
Al momento de escribir esta columna (ayer) no se había fallado la tutela interpuesta por los líderes de quienes dirán No al Área Metropolitana. Por supuesto que están en todo su derecho. Pero de llegar a fallarse dicha tutela, y aplazarse la fecha de la consulta, sería una buena oportunidad para desarrollar, esta vez con tiempo, una estrategia integral que le apunte a tres líneas fundamentales: i) consolidar el compromiso y el apoyo político, de senadores y representantes, materializado en un trabajo activo de diputados, concejales y ediles (que estén en favor del proyecto, por supuesto); ii) un gigante plan de comunicaciones en medios locales y regionales, así como en redes sociales, ejecutado con no menos de un año de antelación, para lograr una verdadera sensibilización de la población e invitarla a participar en la consulta; y iii) el compromiso de todo el sector privado y la sociedad civil, con una participación activa en la difusión en empresas y demás instituciones. Destaco con mucha admiración la participación activa del doctor Néstor Buitrago Trujillo en todo este proceso, ejemplo que ha debido emularse.
Debo reiterar que soy un asiduo defensor del Área Metropolitana y de la importancia del enfoque subregional para potenciar el desarrollo de Caldas. Por supuesto que mi deseo, lastimosamente desde la distancia, es que el próximo domingo pueda darse la viabilidad legal y de allí nazca el Área Metropolitana que agruparía cerca del 60% de la población caldense. Y, a futuro, debería pensarse en la promoción de otras Áreas Metropolitanas para cada una de las subregiones del departamento. Ahora bien, si en la jornada del domingo no alcanzan los números, habrá que insistir hasta lograr darle vida al Área Metropolitana Centro Sur.