Durante el Gobierno Petro han sido frecuentes las críticas a sus altos funcionarios. En efecto, el Gobierno tiene dos grandes problemas: la incapacidad para ejecutar y las dificultades para dialogar. Por ello, es justo también reconocer a aquellos que han hecho la tarea de manera eficiente y dialogal. Quisiera resaltar dos: la ministra de Educación, Aurora Vergara, y el presidente de la SAE, Daniel Rojas. Ambos han llevado con éxito el cambio de paradigma del Gobierno del Cambio. Y lo han hecho eficiente y dialógicamente. Demostrando que, sin renunciar a los propósitos superiores, un gobierno de izquierda puede, cuando se hace con tacto, experiencia, apertura y en colaboración con otros, ser exitoso.
La ministra Aurora no se dejó arrasar por los fundamentalistas del Gobierno que querían cambiar de la noche a la mañana todas las cosas desconociendo los aprendizajes y logros en el sistema educativo. Supo que para impactar mejor al sector era necesario redireccionar, pero reconociendo lo bueno existente. Y, de otra parte, supo darle un compás de espera al proyecto de ley estatutaria de educación, para así, luego de haber dialogado con todos los actores, presentarla en el Congreso. Así, pues, releyendo creativamente la tradición y las esperanzas de cambio, logró concretar una propuesta de reforma, que seguramente todavía hay que hacerle más ajustes. A su vez, en el corte de cuentas de ejecución presupuestal, el Ministerio fue una de las entidades que logró mostrar un buen dinamismo. Aurora es una persona de altísima valía profesional, y, lo que es más importante, de una excelente calidad humana, que podrá hacerle mucho bien al sector educativo.
El otro ejemplo es el de Daniel Rojas, quien está logrando eficiencia y profundo sentido social y ambiental en su gestión. Haciendo que, como en Europa, lo público pueda ser eficiente, demostrando que esta cualidad no es un monopolio natural de los privados. Lo público también puede ser bien conducido, como el tránsito hacia el manejo directo y la gestión realizada en la SAE. Los resultados hablan por sí solos: más de 800 mil millones de pesos de recaudo, cumpliendo sobradamente la meta de ingresos de la Sociedad y han podido tener un importante impacto social, como el realizado con el Ministerio de Agricultura adjudicando terrenos cuyo dominio había sido extinguido.
Daniel ha generado un clima y equipo de trabajo sin necesidad de tercerizaciones precarias. De otra parte, la transparencia en las adjudicaciones para administrar los bienes incautados, están dejando al descubierto fallas del pasado. El diálogo que ha sostenido con la Fiscalía ha logrado una articulación entre las dos instituciones. A este funcionario la Procuraduría le aplicó injustamente una sanción por manejar con precaución y evitando detrimento patrimonial en el caso de las acciones de la Triple A de Barranquilla. Además, el caso de la Triple A terminó en una conciliación con los interesados de la empresa barranquillera. Daniel Rojas es un buen funcionario y está haciendo una muy interesante tarea. Esperemos, como lo dice Mazzucato, busque la colaboración público-privada.
Así pues, eficiencia y diálogo con todos los actores son dos claves para que todos los funcionarios logren éxitos.