El comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, tiene tres grandes líneas de narrativa sobre el papel de las fuerzas armadas en el país. Vale la pena analizarlas con detenimiento. El general Giraldo es una persona cercana, seria, bastante directo; tuve la oportunidad de compartir con él en el Comando Conjunto número 2 para analizar las acciones de construcción de paz en el sur occidente del país, que fue sin lugar a dudas uno de los teatros de operaciones de la guerra más candentes del país, y que ahora trabajamos entre muchos actores del territorio para construir un teatro de operaciones de paz. Luego de haber saludado de mano a cada una de las personas que nos encontrábamos en recinto, el General soltó al inicio de sus palabras lo que podríamos decir una de sus líneas rojas: Las fuerzas militares no somos partidistas, estamos para cumplir la constitución y la ley. Frente a este punto, hay que matizar un poco al General, porque lo mostraría muy aséptico, es decir totalmente esterilizado de política y eso podría ser ideal, pero no tan real. La realidad es que ese sentido constitucional y legal tiene una “encarnación” según tiempos, personas y lugares. Contingencia que está necesariamente impregnada de la contingencia histórica. Y esto implica la política. Estamos en un gobierno elegido democráticamente que ha postulado como una de sus grandes metas la Paz Total. Da mucha tranquilidad oír al General, que demuestra el espíritu civilista que tienen las fuerzas armadas en el país, con una defensa clara de la democracia.
Una segunda narrativa del General obedece al estado del cuerpo militar en este momento. Levantó el tono de voz y fue enfático en decir que no están desmoralizados ni están con los brazos cruzados. Sacó múltiples cuadros con los resultados de operaciones en lo que va corrido del año para sustentar sus afirmaciones. Allí comparó las estadísticas con otros períodos para demostrar que no están quietos. Lo más contundente fue señalar que el estado de ánimo de las fuerzas está incólume. Y dijo que es vital tener de frente la verdad para construir la confianza que permite generar tejido social. Considero que es fundamental que el Gobierno lo escuche profundamente, pues es vital que las relaciones se basen en la verdad y no en la ideología.
La tercera narrativa del General estuvo focalizada con la misión de las fuerzas armadas. Indicó que a los soldados les toca asumir muchos roles que no necesariamente son los de su esencia, sino que como son necesidades insatisfechas de los territorios donde hacen presencia, les toca asumir otras diversas. Por ello, el alto mando militar señaló que la seguridad debe estar acompañada de desarrollo social para transformar los territorios. Esta visión integral ha sido una maduración de las fuerzas militares sobre cómo consolidar al país. No se trata de mera seguridad, sino de equidad en todo el territorio. Precisamente estábamos con él y el General John Jairo Rojas, analizando experiencias productivas conjuntas de firmantes del acuerdo de paz, indígenas, empresarios, gremios y academia, donde se logró conformar un círculo virtuoso entre: Confianza, articulación e impacto.
Me dejó mucha tranquilidad oír al Comandante de las FF.MM, general Helder Giraldo, un general de muchos quilates que le está tocando vivir una época muy novedosa para las fuerzas militares.