¿Un valluno extraviado en Manizales? Al contrario de los flujos normales de migración, pues generalmente, son los del Eje Cafetero que marchan hacia el Valle y no al contrario. Mejor podríamos decir que es un hijo adoptivo de la ciudad. Se trata del abogado Rodrigo Silva Hernandez, exgerente de LA PATRIA, quien Descansó en la paz del Señor, luego de una larga vida y una corta enfermedad que rápidamente se lo llevó.
Luego de una amplia experiencia gerencial en distintos negocios de un grupo familiar caleño y de un paso por Bogotá como consultor, llegó a Manizales en los años 80 y tomó la gerencia de este diario cuando Luis José Restrepo fue nombrado alcalde de Manizales. Le correspondió uno de los momentos más interesantes de renovación del periódico. Por una parte, hizo la importación de una nueva rotativa Harris, que iría a reemplazar la primera que había llegado a Colombia con el sistema offset y que con ello se consagró La Patria como el mejor periódico impreso en el país. Bien, doña Ramona, como se le llamaba cariñosamente, ya estaba con bastantes años de uso y con múltiples problemas, que llevó hacer el salto hacia una rotativa electrónica. La importación fue manejada por Rodrigo y con el complemento que fue toda la renovación de los sistemas, ahora con los computadores personales, el periódico entraba en la órbita de producción digital. A este abogado de la Javeriana de Bogotá le correspondió esta renovación en la planta de producción.
Lo que más caracterizaba a Rodrigo era su tranquilidad y mesura. Pocas veces se ponía bravo, bueno cuando lo hacía era de verdad. Pero en general era una persona muy mesurada. Le gustaba rumiar todas las decisiones viendo todos los aspectos positivos, negativos y los riesgos que implicaba. Tal vez por ello algunas personas decían que se demoraba mucho con las decisiones. Pero precisamente por esto, era un excelente consejero, cuando teníamos problemas en otras áreas del periódico era muy provechoso darse un tintico con Rodrigo para sopesar la argumentación y matizar las decisiones. Era un trabajador incansable desde muy temprano en la mañana hasta entrada la noche estaba en su oficina, siempre con la puerta abierta. Nunca utilizó el escritorio que lo tenía lleno de papeles, siempre atendía en una mesa redonda que tenía en la oficina por donde desfilaban todos los empleados. También le encantaba dar sus paseos por toda la planta revisando los trabajos de impresión comercial, visitando a la gente en sus puestos de trabajo y chequeando el estado de la maquinaria. Era una persona muy cercana, saludaba a todo el mundo. Había un ambiente de mucho respeto hacia él, pero a su vez de cercanía. El Dr. Rodrigo estaba pendiente de todo.
Fue una persona familiar, siempre le gustaba pasar las vacaciones y los fines de semana en familia, lo que le dio un lugar especial. Normalmente, en las empresas de familia, los esposos de las mujeres de la familia tenían, en la época un tanto machista, un papel muy importante. Se encargaban de los negocios y las señoras de las casas. Pues, bien, Rodrigo le tocó ser la cabeza visible de la empresa familiar por más de 10 años, hasta que le llegó la edad de jubilación.
Era un lector empedernido y le encantaba recolectar buenas crónicas e informes de periódicos, lo que lo hacía el acumulador más grande de la ciudad de periódicos de todo el país. Seguramente, ahora que sí tiene tiempo estará gozando, leyendo y repasando todos los recortes…
Un saludo muy especial de acción de gracias por la vida de Rodrigo Silva Hernández, a su esposa, María Victoria, a sus Hijos Gabriel, Vicky y Santiago y a sus nietos.