Como alcalde de Supía, me encuentro en dialogo constante con las comunidades, construyendo juntos procesos que generan bienestar y desarrollo territorial, producto de esa interacción, con regularidad me preguntan acerca de ¿qué debemos hacer para mejorar las condiciones del campo caldense y posicionarlo como motor de la economía departamental?; teniendo como respuesta que la clave se encuentra en la incorporación de la ciencia, la tecnología y la innovación para y desde la ruralidad.
El suelo caldense es productivo, operado por campesinos maravillosos y trabajadores, en el que también participan empresarios y emprendedores que dinamizan este sector económico, articulados con la academia y el gobierno que actúa de acuerdo a la ordenanza 734 de 2014 “política pública para el desarrollo del sector agropecuario y agroindustrial de Caldas”. De esta manera, podemos decir que tenemos las condiciones para alcanzar el cierre de brechas entre lo urbano-rural, garantizar las condiciones de vida dignas para las comunidades y tener un campo más rentable.
Sin embargo, y a pesar de múltiples esfuerzos para lograr esta transformación, perduran grandes retos, siendo necesario que se establezca una hoja de ruta clara y ambiciosa para alcanzar un campo más productivo y sostenible; teniendo como premisa mejorar las condiciones de las vías, con la construcción de placas huellas como condición fundamental para alcanzar el progreso rural, sumado a la implementación de factores basados en la ciencia, la apropiación de nuevas tecnologías y el fomento de la innovación, para ello, propongo lo siguiente:
Ciencia: la investigación y aplicación de nuevos conocimientos debe estar al servicio del campo, ejecutándose acciones para acceder a invenciones que conlleven a la tecnificación de procesos, cualificación de cultivos y transformación de materia prima en industria. Para lograrlo, se requiere de la articulación entre el gobierno, la academia, los empresarios y las comunidades.
El Sistema General de Regalías (SGR) realiza convocatorias para acceder a financiación de proyectos que beneficien a las comunidades mediante la incorporación de elementos científicos, es así que, en el municipio de Supía, se cuenta con el Centro de Investigación de la Panela “Bekdau”, financiado en su primera etapa por este fondo, el cual tiene la finalidad de generar conocimiento y acompañar a los productores en el mejoramiento de la cadena de valor; siendo el trabajo colaborativo entre la Universidad de Caldas, la Alcaldía de Supía y la Gobernación de Caldas; obteniendo resultados como la exportación de más de 50 mil kilos de panela pulverizada a Europa, la propuesta de panela en grado médico, el control de plagas como la diatraea en los cultivos y la exaltación de la gastronomía panelera.
Tecnología: en este aspecto se requiere de la construcción de prototipos, el incremento del uso de la virtualidad en la zona rural y la operación de equipos para el fortalecimiento de la agroindustria.
Prueba de ello, es la construcción de la planta procesadora y de acopio lechero en Marulanda y la planta de eviscerado en Viterbo que beneficia a los piscicultores de la subregión del occidente próspero; en estas infraestructuras se realizarán procesos agroindustriales a través de instrumentos tecnológicos.
Innovación: este es uno de los factores que más influyen en la competitividad y en el crecimiento económico de un territorio, abarcando lo técnico como lo social, permitiendo consolidar a los campesinos en empresarios a través de programas de emprendimiento, el apoyo a la consolidación de spin-off, el acceso a financiación por parte del Estado por medio del fondo emprender del Sena y estrategias basadas en el conocimiento.
En Supía, trabajamos con empresarios en marketing digital, el uso de datos y la construcción de contenidos para alcanzar más compradores, eliminar intermediarios y mejorar las unidades de negocios.
El agro caldense requiere ser más competitivo, contando con todo lo necesario para potencializarse, entonces nos encontramos llamados a actuar, para incluir el conocimiento como dinamizador de la economía, saldando de esta manera, la deuda histórica que la sociedad presenta con los campesinos.