“Es mejor la seguridad que la Policía”, es un dicho de nuestra región para enseñarnos acerca de la importancia de la prevención, al analizar esta expresión coloquial podríamos afirmar que se debe escoger entre tener seguridad o tener policía, como si estas fueran excluyentes; por mi parte, estoy convencido que se puede tener a ambas y que se complementan.
El estar seguros es un aspecto que preocupa cada vez más a los colombianos, de acuerdo al DANE, la percepción de inseguridad es del 53%, sumado al incremento en el año 2023 de algunos delitos con respecto al 2022, entre ellos, el hurto (14%) y el secuestro (96%). La política de seguridad creada por el gobierno nacional se denomina “Paz Total”, teniendo entre sus componentes, la negociación con grupos delictivos para el abandono del crimen a través del diálogo; sin embargo, los resultados alcanzados, hasta el momento, son insatisfactorios, evidenciándose la reducción de recursos para la fuerza pública, el incremento de hechos violentos, entre muchos otros.
Además, que la Policía presenta una imagen desfavorable del 63%, siendo el resultado del desprestigio de algunos lideres políticos e instituciones que han encontrado beneficios acusando a los uniformados de la descomposición social que vive nuestro país, como si la seguridad y la convivencia ciudadana tuviera ideología, o perteneciera a la derecha o a la izquierda.
El panorama no es alentador cuando se incrementa el crimen y vemos como a la Policía se le arrebatan los elementos para dar respuesta a este difícil panorama. En los últimos 9 meses, se han realizado por parte del gobierno nacional muchas modificaciones a la institución, entre ellos, el nombramiento de 2 directores generales y múltiples cambios en los diferentes niveles de la cúpula; estas variaciones administrativas, sin lugar a dudas, han generado traumatismos y desmotivación para el correcto funcionamiento de la fuerza pública.
En Caldas, los datos acerca de la seguridad preocupan, sin embargo, es uno de los departamentos con menor amenaza de violencia con respecto a otras zonas del país. Se tiene como reto la reducción de homicidios y la violencia intrafamiliar que se presentan en los 27 municipios.
Los municipios presentan un bajo número de uniformados, los cuales deben atender muchos casos de manera simultánea, situación que desborda sus capacidades; así mismo, la gran mayoría de las cárceles se encuentran en hacinamiento y los bandidos cada vez más, tienen beneficios para evadir la justicia, generando como consecuencia que se afecte la convivencia y la seguridad, además que se evidencia el incremento de trámites administrativos, que los distrae de su misión fundamental en la sociedad. Para contrarrestar este escenario, es necesario que los gobiernos, los empresarios, las comunidades y la fuerza púbica trabajen unida, para ello, propongo avanzar en los siguientes aspectos:
1. Fortalecimiento de la convivencia ciudadana: La gran mayoría de los hechos delictivos del territorio caldense se encuentran protagonizados por actos de intolerancia, este aspecto debe transformarse desde las bases, buscando mejorar la vida en comunidad de los barrios, comunas y veredas; además de aplicar las herramientas que entrega la ley 2197 de 2022. La totalidad de la ciudadanía debemos rechazar con vehemencia el maltrato físico y psicológico a las mujeres y los niños, estableciéndose rutas de atención a las víctimas y construyendo programas para que este delito sea erradicado de los hogares.
2. Red de cooperantes: este instrumento preventivo incluye a los ciudadanos en las acciones que transforman la seguridad a través de la entrega voluntaria y oportuna de información a las autoridades, que permita esclarecer o prevenir un delito. La tecnología y los canales de información y comunicación son aliados para que las comunidades que habitan, tanto el campo como las zonas urbanas puedan prevenir acciones delincuenciales.
En Supía, los pobladores son veedores y actores protagónicos en la seguridad, de esta manera a través del grupo en whatsapp “Supía Segura”, cualquier persona puede denunciar acciones que vayan en contravía de la tranquilidad, permitiendo una comunicación asertiva entre los sectores que conforman el municipio, haciendo que la policía tenga una respuesta más rápida y efectiva.
3. Instalación de cámaras de seguridad: las alcaldías en articulación con la Gobernación, nos encontramos llamados a robustecer esta estrategia, focalizando adecuadamente las zonas que más lo requieren, incluyendo activamente al sector empresarial para que a través de incentivos se coloquen dispositivos de video que sirvan a las autoridades identificar, capturar y judicializar a los delincuentes.
Mi agradecimiento y admiración a todas las personas que conforman la fuerza pública del país por contribuir al desarrollo de los municipios, por ello, es necesario exigirle al gobierno nacional estrategias contundentes para garantizar que la paz, la tranquilidad y el orden imperen en todo el territorio colombiano.