Los finalistas de la Liga Betplay son dos clubes de alta cotización en Colombia. Según Transfermarkt, la página especializada de transferencias del fútbol mundial, el valor comercial del Junior es de 18.10 millones de euros, en tanto que Medellín, en moneda europea, vale 9.98 millones.
Traducido a pesos, 82 mil millones es el costo de los ‘tiburones’, terceros en el mercado colombiano por detrás de Nacional (102 mil) y Millonarios (92 mil), superando al Tolima que está por el orden de los 75 mil. El ‘poderoso’ es quinto en esa escala, y está tasado en 46 mil millones de pesos.
Once Caldas, para el mismo medio, tiene una estimación de 3.8 millones de euros, el equivalente a 17 mil millones de pesos. No figura entre los diez primeros, y la diferencia es significativa frente a los clasificados este semestre, lo que traduce que, a mayor inversión, mejor rendimiento deportivo.
Total, hay que soltar, si uno se arma con desechos, los resultados son migajas, lo que ha imperado desde 2012. Jugadores han traído, es cierto, y en cantidades, con una etapa de selección inadecuada, en ocasiones sin atender las necesidades, y en la generalidad, llenando puestos, sin filtros de excelencia.
Al principio se argumentó que la deuda con la DIAN hacía imposible cualquier apertura al respecto, sin embargo, este año, expresaron que, resuelto el problema de impuestos se fijarían en lo deportivo. ‘Seremos los redentores’ dijo el presidente a comienzos de 2023.
La historia enseña lo contrario, otra temporada marcada por el fracaso, quizá peor, sumada a las muchas anteriores, obligando a revisar las políticas de desarrollo, en especial, la de contrataciones, sin que se observen cambios sustanciales. Difícilmente los habrá si quien arma el plantel es el mismo, y sobre parámetros similares.
Aventura por lo factible, no apuestas sobre certezas, esa es la tendencia, y en tal virtud las probabilidades de acertar son mínimas, con esperanzas románticas de variar si en lo que falta por vincular como refuerzos inyectan un plus estricto de calidad.
James Aguirre, Daniel Quiñones, Sergio Palacios, Jonathan Murillo, Mauricio Castaño, Iván Rojas, Billy Arce, y Dayro Moreno, constituyen la base actual que despierta exiguas emociones. Urge otro volante de marca, y dos extremos. El reto, que sean de categoría, con trayectoria, prestigio, y presente.
Total, hay que llenar el crucigrama con nombres, de los que llegaron ninguno deslumbra, todos para la parte de atrás, ningún ofensivo, y viendo la final, el desequilibrio se produce por bandas, Enamorado-Quiñones por Junior, Cetré-Yairo Moreno por DIM, con goleadores arriba, Bacca, o Pons (Brayan León).
Sería la fórmula para que Once Caldas conforme una nómina competitiva, aunque lejos de aquellas grandes y costosos del fútbol colombiano, que identificaron guarismos con ganancias, y que ofrecen una variada gama de alternativas, desde las taquillas, la vitrina de sus artistas, y la valoración de activos, como industria rentable.
Se trata de entender que, frente a ideas poco ambiciosas los proyectos se quedan cortos, que sin futbolistas de jerarquía es complejo obtener dividendos, más allá del interés de una hinchada dispuesta a todo, hasta volcarse en busca de los abonos, con uno o dos ganchos, que parecieran un justo premio a su fidelidad.
P.D.: Boca, Flamengo, Nacional uruguayo, Colo Colo, Sao Paulo, Nacional y Once Caldas son los únicos campeones de Copa Libertadores que no han descendido en sus respectivas ligas. Además, Once Caldas está en la lista de los 22 clubes de América latina que nunca han perdido la categoría. Lo triste es que Castrillón parece resuelto a sacarlo de esas dos élites.
Hasta la próxima...