A simple vista, traer al suplente en Pasto de Adrián Estacio y Edward López, jugadores con más sombras que luces en su paso por acá, no parece políticamente correcto, y se acaba de dar con el anuncio del ecuatoriano Billy Arce como refuerzo para Once Caldas.
Próximo a cumplir 25 julios, Arce debutó a los 17 con Independiente del Valle, dirigido por Alexis Mendoza, y ese año fue catalogado como revelación. Salió para el Brighton de Inglaterra que lo cedió al Extremadura español, y sin triunfar, retornó para el Emelec.
De allí fue separado por indisciplina, lo mismo que del Barcelona de Guayaquil que fue su siguiente escala antes de Liga de Quinto, Independiente del Valle (de nuevo) y Peñarol de Uruguay, de donde llegó al deportivo Pasto a comienzos de este campeonato.
Una vida con escándalos, teniendo condiciones, aparentemente mal explotadas, y en plan de recuperación, como le gustan al presidente Castrillón, contratado además como agente libre, y procedente de un club que, en la era Kenworth, ha sido referente para buscar alternativas.
El más reciente, Alejandro Barbaro, y el balance fue terrible. Dice el comunicado en el que presentan a Billy Arce, que prontamente informarán sobre otras vinculaciones relacionadas con dos laterales, izquierdo y derecho, un volante de marca, y un delantero.
Un mes largo desde que Once Caldas concluyó la Liga, y apenas un nombre, lo que traduce lentitud para gestionar, sin interpretar el momento, y advierte dudas acerca del real interés por montar un plantel seguro con refuerzos de categoría.
A propósito de ecuatorianos, recuerdo a José Francisco Ceballos, un golero de selección, en 2005, y tal vez un Montaño en los ochenta, siendo personajes de ese país aquí, el diplomático Gustavo Larrea, y don Carlos Sarmiento, el sempiterno fotógrafo de este diario.
Otro detalle fue que coparon las plazas foráneas con la permanencia de Gerardo Ortiz y Jorge Méndez, al menos que pueden estar en campo, pues por reglamentación son tres en planilla, aunque se admiten cuatro en el libro de registros.
Siguen a la venta los abonos con precios favorables, abarcando otras concepciones, paquete familiar, debutantes, y unificación de las tribunas oriental y occidental, y como el cariño es verdadero, hay movimiento, y lo más sorprendente es que se superará la cifra de los 10 mil.
El hincha es pasional y leal, atiende el llamado sin siquiera conocer las novedades, y Once Caldas, por encima del sentimiento de su dirigencia, es motor que mueve un departamento preocupado por la apatía en procura de un elenco que ciertamente de la pelea.
¡Final inédita! Increíble que, por primera vez en los torneos cortos (datan de 2002) los históricos Nacional y Millonarios se midan por el título de liga. Jamás se dio en 42 ediciones, y será duelo de gigantes, los verdes con 17 estrellas, los azules con 15.
Ambos evidencian bajón, la cantidad de juegos, la simultaneidad con eventos Conmebol, y la ausencia de algunas figuras, de gira con la selección, han hecho mella. Sufrieron para llegar, pero ahí están. Alberto Gamero va por su tercera corona, Paulo Autori está en ceros.
A Hubert Bodhert “en la puerta del horno se le quema el pan”. Nunca ganó partidos clave con Once Caldas, ni con Alianza, al igualar con Águilas necesitando la victoria, y tras desperdiciar en casa (la fecha anterior) un hombre de más durante 45 minutos ante Nacional.
En 2018 requería un punto en Barranca (fecha 19) y cayó 4-1 en pésima salida, clasificando gracias a un tercero, América, que le empató a Equidad. Luego, en octavos (eliminación directa) fue goleado 3-0 por Tolima en el choque decisivo. Al semestre siguiente debía superar a Rionegro en Palogrande para avanzar a semifinales, y terminó 1-1.
En 2019 arribó a la jornada de cierre dentro de los 8, y fue incapaz de remontar una anotación del Unión Magdalena al minuto tres. Y la tapa: la final perdida contra Nacional por la copa Colombia 2018 siendo el favorito. Un motivador sin resultados.
Hasta la próxima...