Volver a estar con el “Profe” Montoya, conversar con Édgar Cataño, ver sentados en la misma mesa a Dayro, Valentierra y Soto, reencontrarse con Velásquez, Jeffrey, Arango, Casierra, Rojas, García, Ramírez fue sentir de nuevo la emoción de aquel 1 julio de 2004.
En el aire, el recuerdo de la gesta. En el museo, las fotos, trofeos e imágenes que simbolizan la grandeza del Club. Un ambiente de fiesta: anécdotas, abrazos, risas. Invitada: la prensa; ningún directivo del equipo actual, solo el gerente comercial y el jefe de comunicaciones que no es periodista.
Los ex, vestidos de blanco, camiseta marcada con el 11 en la espalda, número que fue retirado del atuendo normal de competencia como homenaje del equipo a sus seguidores. A partir de ahora es patrimonio exclusivo de los hinchas. O sea que, Billy Arce fue el último en lucirlo.
Sucedió el lunes pasado con motivo de los 20 años de la Copa Libertadores. Traídos por el Once Caldas regresaron a la ciudad los héroes de la hazaña. Hubo ausencias notables, inentendible la de Henao; tampoco alcanzaron a llegar Vanegas, Agudelo y Alcázar.
El relator Carlos Eduardo Ríos llenó de emoción el lugar cantando el gol de Viáfara ante Boca y el penalti decisivo parado por Henao a Cangele. Con su voz hizo retumbar el espacio y, con llanto, teatralizó el momento con su grito de: “Once Caldas, rey de América”.
Montoya, con elocuencia, sin titubeos, en clara muestra de que es el campeón de la vida, contó detalles del camino a la gloria, las pilatunas de sus dirigidos, el compromiso que asumió el plantel y como se fue construyendo paso a paso ese sueño convertido en realidad.
Más adelante hizo un parangón con el presente y reclamó porque siente que no hay unión, y sí mucho desinterés por parte de los dueños. Se ofreció como mediador, e insistió en que es la única vía para llegar al éxito.
El kinesiólogo de la época, Miguel Rodas, de buena retórica, fácil palabra y con un repertorio único, contó historias fantásticas y los jugadores refirieron a su estilo la celebración personal cobijados bajo el mismo sentimiento que recogió al país aquella noche.
Entre tanto, en la cancha del velódromo las barras organizadas festejaban el día del honor caldense. Más de tres mil fanáticos abarrotaron las gradas. Hubo partido, y cerraron con un espléndido juego de luces artificiales. ¡20 años de la dicha eterna!
Volviendo al Once Caldas actual tiene listos al venezolano Jesús Hernández, atacante de 31 años, con pasado en Envigado (14 goles en 46 partidos), Michael Barrios (33) libre del América, Joel Contreras (25) del Unión y a Juan David Marín (26) manizaleño que estuvo en Nicaragua y Honduras.
Un plantel armado sin grandes soluciones para sus necesidades, con el propósito de que el técnico lo potencie. Son las apuestas cuando se piensa más en el negocio, y eso no va a cambiar. Por fortuna, Herrera demostró que con poco puede hacer mucho.
Se mantiene la base, aunque no sería extraño que hayan adquirido a Mateo García con el afán de revenderlo si hay postores. Se habla, además, de incremento patrimonial con la compra de James Aguirre, Stalin Valencia, Juan Cuesta, Luis Palacios y Felipe Cifuentes.
P.D. Que portento de arquero fue Juan Carlos Henao. Fenomenales sus atajadas revividas por el Canal Caracol en el especial de los 20 años de la Copa. Ubicación, agilidad, destreza, liderazgo, intuición, arrojo. Su recuento de la hazaña fue admirable como protagonista directo que fue. Otro ídolo sin el reconocimiento que se merece. ¡Cuán felices nos hiciste, Juanca!
Hasta la próxima...