Cuatro fechas antes de terminar la Liga - igual que siempre - Once Caldas firmó su novena eliminación consecutiva con discretos estándares de calidad, y un rendimiento terrible por la baja producción de una plantilla que no se merece una de las grandes hinchadas del país.
Seis mil personas - hablo de Bogotá - asistieron al entierro de Hubert Bodhert como técnico de Santa fe, humillado 0-5 por Águilas. Insensatos quienes contratan al calor de una campaña sin fijarse en idoneidad y capacidad. Problema directivo, era un caso cantado.
En Tunja hubo mil seguidores de Once Caldas desafiando el frío y el horario (domingo, 8:20) y quienes al filo de la medianoche tomaron rumbo hacia Bogotá, o Manizales, desde donde llegaron para evitar la soledad del estadio, pues no había 200 aficionados locales.
En Palogrande, promedio 12 mil por juego, pese a la campaña, además del sentimiento con el que se acompaña, lo que duele más frente a las cifras de una temporada indigna, ajustada a la forma como se montó el proyecto, la tacañería presidencial, y la falta de avidez.
Otro capítulo oscuro en la historia del otrora glorioso Once Caldas, protagonizado por Tulio Castrillón, responsable directo del armado de un plantel que se da el "lujo" de enfrentar todo un torneo sin un lateral izquierdo, sin volantes de contención, y sin extremos calificados.
Con una base de jugadores mayores, y otros apenas despegando, sin categoría, sin desequilibrantes, exceptuando Dayro Moreno, quien como goleador se sale del molde por su entrega y admirable correr y luchar, como si estuviera en los albores de su carrera.
Son Dayro, y 10 más, en eso se ha convertido Once Caldas. Billy Arce ilusionó contra Cali, y a partir de ahí no ha hecho más que demostrar porque era suplente del Pasto. No controla el balón, no remata en distancia - se supone su fuerte - y no influye. Decepción total.
A Sherman el tanque le alcanza un tiempo, los centrales cometen muchos errores porque no hay filtro en el medio, y ni se diga la zona izquierda por donde entran los goles. Las variantes son un tiro al aire, y el equipo se queda corto en la intensión de aguantar los 90 minutos.
Chicó le remontó, y Medellín le empató las dos veces que estuvo en desventaja. Antes, perdió puntos con Envigado, Unión, Equidad y Alianza, contando seis fechas sin victorias, y sin hacer los que necesita para garantizar la permanencia que otros le están asegurando.
Detallen quienes no fueron convocados esta vez, Marlon Piedrahíta, Andrés Correa, David Lemos, Luis Miranda, y Yohan Cumana, para entender las defecciones individuales, pues lo lógico, por recorrido, sería que ellos comandaran la titular. Tampoco Riquett, por lesión.
Creo que no se juega mal, se tiene un planteo, pero la suerte también es esquiva. Dayro puso un remate en el palo, y el arquero Soto - la figura - le sacó tres increíbles. Arce, igualmente, la estrelló en el vertical, y Beltrán se perdió otra en un remate cruzado que era gol.
Once Caldas, superior en fútbol, posesión, intensidad y volumen arriba, se regaló en pos del triunfo, y le cobraron en un contraataque por derecha - todos lo saben - encontrando unos huecos inmensos, juntándose la ausencia de un líder recuperador con la de un lateral marcador.
Muchos piden la cabeza de Sarmiento, que en mi opinión no significa solución, así los números lo condenen, y de qué manera. Por ahora, tratar de llegar a 25 unidades, nada fácil por el calendario, mientras - y es apenas un sueño - se va el presidente, y se arma un equipo respetable, competitivo, y con sello ganador.
Hasta la próxima...