Cuando terminó la Liga, y coincidimos en que fue sensible la ausencia de un goleador y de un creativo, y que eran urgencia inmediata de Once Caldas, se cumple hoy un mes exacto del juego contra Santa Fe –14 de mayo– sin que aún se surtan esas soluciones.
A 26 días del nuevo torneo –comenzará el 10 de julio– y tras un receso largo que incluyó 17 de vacaciones, salieron Nicolás Giraldo y Juan Pérez, en espera de ubicar a los Sebastián –Palma y Guzmán– y fijar un acuerdo económico con Alejandro Barbaro y Felipe Banguero.
A su vez llegaron jugadores veteranos, con trayectoria, interesante recorrido, pero como es la costumbre, sin ritmo, caso Leivyn Balanta, Guillermo Celis y Leonardo Pico, quienes por nombre generan expectativa, y elevan el estatus del plantel.
Lo otro es saber si tienen cómo ponerse a tono –fórmula fallida con Micolta, Cuero, Otálvaro y muchos más– además de que cubren posiciones en donde actúan Danovi Quiñones y Robert Mejía, en lo que parece una política definida de alimentarse con futbolistas mayores.
Exceptuando a Brayan Córdoba, los que arribaron para esta temporada superan, o están cerca de los 30 años, Chaux, Torijano, Marlon, Valdés, Delvalle y compañía, lo que por supuesto advierte acerca de una nómina sin posibilidades para los de la cantera.
Contrario a lo que pasa por ejemplo en Millonarios donde los "pelaos" son la base, y Gamero se muestra como su promotor indomable, así sea por necesidad, lo que acá no se asoma como prioridad de acuerdo con el tenor de las decisiones.
Y están haciendo pretemporada John Deivi Araujo, Nicolás Rodríguez, Leyder Morán, Marlon Zambrano, Juan David Betancur Tazama, y el portero Esteban Gallego, figuras de la Sub-20 que orienta Jaime Yepes, y de quienes se asegura tienen un enorme potencial.
Dirá el hincha optimista que con tal de que esto mejore bienvenidos, y que así sea porque a Once Caldas se le agotan los tiempos, y con mayores o chiquitos, no puede seguir repitiendo la triste historia de los seis torneos cortos recientes con eliminación a cuestas.
La función entonces continúa con los mismos actos, contratando por número cada semestre, sin que a esta hora se conozcan los atacantes que aumenten el contenido, entendiendo las dificultades de la época, pues a mitad de semestre negociar se hace difícil.
Preguntaron por Gustavo Ramírez y Juan Fernando Caicedo, pero Tolima no los suelta, por Luis Carlos Ruíz –renovado por Tuluá– y por Leonardo Castro, imposible, extendiendo la búsqueda ahora al plano internacional. El volante sería John Velásquez, ex Santa Fe.
Demasiada tardanza en la consecución de los refuerzos, ese ítem tan cuestionable en la era Castrillón, al punto de que en 2021 para ambos certámenes trajo 23 futbolistas, de las cuales el único que permanece es el lateral Jesús David Murillo.
Y ni hablar de los más de 40 que vinculó Bodhert en su lánguido paso por la institución, lo que haciendo sumas y restas, debe representar cuantiosas pérdidas desde lo económico, sin contar lo deportivo con los fracasos continuos ya comentados.
P.D.: Preocupado el técnico Corredor con el ambiente en torno al equipo intenta apaciguar los ánimos procurando unidad entre hinchas, prensa, autoridades y gremios para recuperar la paz, y que se empuje hacia el mismo lado. Una reconciliación válida, posible por la actitud positiva de los actores de este lado si los otros se bajan del pedestal.