Como un equipo confiable, así se muestra Once Caldas. Igual en las tres victorias del comienzo, contra Nacional, Águilas y Chicó, en el empate con Equidad el único de los nuevos que empezó fue Michael Barrios. Esto habla de un plantel con memoria táctica y disciplinado.
Jugó un primer tiempo con orden, sin gol pero parándose en terreno ofensivo, neutralizando al rival. Al comienzo del complemento hizo presión arriba, luego sintió el esfuerzo, Equidad lo equilibró y hasta pudo ganar. Fue un partido sabroso, con ritmo, y el empate justo.
Se conserva la idea: seguridad defensiva y saque largo preciso del portero o lanzamientos de Riquett desde el fondo, para iniciar acciones de ataque. Por esa vía han llegado varios goles, sin tanta elaboración. En ofensiva faltan peso, más regularidad por las bandas y definición. James Aguirre aparece cada vez que lo exigen. Sergio Palacios por algo está palabreado para el exterior, los laterales cumplen, también los volantes y en marca no se sufre. Excepto Patiño que por lesión no estuvo frente a Chicó en la apertura, siempre juegan los mismos.
Es una labor mecanizada, producto de las repeticiones en las prácticas y el conocimiento entre ellos, con cifras relevantes: un solo gol en cuatro encuentros, el que marcó Riascos de Equidad cuando le abrieron un callejón de 30 metros para que ingresara. Es un juego, siempre con posibilidad de error.
Se van acabando los estigmas. De los recientes 10 enfrentamientos con Equidad, sólo uno fue para los dirigidos por Alexis García. Terminó el paternalismo, dejó de ser la bestia negra, y por el contrario, ahora Once Caldas es el dominador.
En 339 minutos paró el invicto del portero Aguirre. Once Caldas completó cuatro fechas sin perder, comparte liderato con el sorprendente Fortaleza, la tabla del descenso es sólo un mal recuerdo y hasta el técnico cambió el discurso: dijo en rueda de prensa que va a pelear campeonato.
Perfecto que se suba el listón y se eleven las pretensiones, con cordura, sin olvidar que está temprano y sin ignorar que falta profundidad en ataque. Hay mejoras, es cierto, por el producido de Michael Barrios y Alejandro García y el alto grado de efectividad mostrado.
Cuando Equidad marcó, la sensación fue de inminente derrota por el poderío que tiene para administrar resultados. Sin embargo, seis minutos después en la pelota quieta, que no es el fuerte, y de cabeza, igualó con un jugador que mide 1,62 metros. Ojalá se mantenga la racha, pero se espera el aporte de los refuerzos.
Hasta ahora, únicamente Michael Barrios. Lucas Ríos se topó con un Alejo en estupendo nivel, Robert Mejía llegó y automáticamente creció Iván Rojas, y en punta Jesús Hernández pide pista, más minutos, una decisión difícil de tomar poque tocaría a Dayro. Los extremos Contreras y Zapata pierden frente a Luis Palacios, y también está Araújo, a quien no pueden borrar.
En suma, sobre el papel hay una nómina suficiente que motivó al Arriero a señalar alegremente su propósito, que antes era un cupo a torneo internacional. ¿Lo logrará? El tiempo dirá, pero que este Once Caldas despierta energía positiva, no tiene discusión.
De la calentura a la realidad hay gran distancia. Los otros también juegan, algunos disponen de mejores armas y los montaron para buscar el título, que no quiere decir que sea imposible.
Por el momento, la ganancia es amplia, pues hace menos de seis meses el descenso era el tormento.
Hasta la próxima...