Con la falta que hacen, y Once Caldas regaló dos puntos frente al Bucaramanga, en partido que tenía controlado, haciendo un buen segundo tiempo, y acreditando que, desde la táctica puede tramitar reformas que parecen improbables de lograr por la calidad individual de algunos de sus integrantes.
Como si tuviese la supernómina del Junior, el técnico Herrera dejó de entrada a Iván Rojas en el banco, sosteniendo los dos puntas, que no funcionan, y la etapa inicial fue perdida, con iniciativa y llegadas para el local, que adelantó líneas, y montó el operativo arriba.
Fueron cinco opciones, de media distancia todas, con oportunas atajadas de James Aguirre.
Probaron, Zárate, tres veces, Fabry y Márquez, y pese a que el contraataque estaba servido, solo una del blanco en los pies de Mera, que no aprovechó una distracción de Quintana.
En el complemento, cuando imperó la lógica, Rojas por Mera, corrigiendo la falla en la escogencia de la titular, las cosas variaron, y eso que Alejandro García estuvo desconectado. Su remplazo, Álvaro Montaño, y ciertos movimientos posicionales, resultaron determinantes.
El recién ingresado como volante tapón, y Mateo y Rojas subiendo unos metros, como interiores, generaron el fútbol que derivó en tres acciones de Dayro, gol al 72, remate que estrelló en un defensor, y cabezazo por encima, y otra de Arce, achicado por el arquero.
Fue un pasaje trepidante hasta que Mateo, lesionado, se tuvo que ir, y en la jugada siguiente, lo absurdo, el yerro que significó la igualdad. Un balón sin peligro hacia el arco de Aguirre, lo acompañó Cardona, y como juega sin freno, lo atropelló, y Córdoba concretó.
¡Regalazo! no cabe otro calificativo. Estaba prácticamente advertido. Cardona, manizaleño, comprometido, puro corazón, es riesgo permanente. Actúa revolucionado, es aparatoso, no calcula, no mide, y tenerlo atrás es dar ventajas.
Para rematar, al 97 golpeó por detrás a Sambueza ¡tarjeta roja! segunda en cinco encuentros, y balance fatal sumado el grosero error, culpa absoluta suya, porque la jugada fue legítima, como lo certificó el árbitro Luis Delgado tras observar el VAR: ‘contacto sin fuerza, ni empujón del contrario’.
Perjudicado: Once Caldas. tercer empate consecutivo, puesto quince en la tabla, cuarta fecha sin triunfo, seis puntos de quince, y así la propuesta evidencie leve mejoría, obligado a revisar las conductas en cancha porque lleva expulsado por juego, en promedio.
Frente a la escasez, decisiones sabias, fortalecer un plantel tipo antes que insistir en la promoción de futbolistas, porque independiente de los méritos en Bucaramanga, no alcanzó para ganar, y el equipo está colgado, y sufriendo. Patriotas, el miércoles en Palogrande, tiene que ser punto de quiebre.
Del atrevimiento desde el banco dependerán las soluciones. Está claro que el fuerte en este momento es el mediocampo, no puede equivocarse en la selección de los nombres, tampoco atrás donde debe fortalecer la pareja de centrales para evitar trances, porque Aguirre brinda garantías en el pórtico, y Dayro mete las que le pongan.
Por fin, un pase filtrado, el de Rojas tras recuperación de Gustavo Torres, y definición a lo crack de
Dayro, implacable por el récord que superará en breve, pues basta con mirar la tendencia para proyectarlo, tres anotaciones en cinco jornadas.
Contra Chicó también resolvió a un pase cruzado de Arce. Es implacable con espacio, hay que explotarlo en esa, su mayor virtud, acompañarlo bien, y no sacándolo del área a que guerreé en el mano a mano. Ojalá Once Caldas ya esté preparando el homenaje al mayor goleador de la historia del FPC, otro orgullo de casa. Es cuestión de días.
Hasta la próxima...