El gol es la esencia del fútbol, y Once Caldas no lo tiene, aparte de que está enfrentando en cada jornada situaciones adversas que lo ponen contra las cuerdas, y lamentando la ausencia de resultados pese al cambio de aire, y el ambiente distinto que traduce en su interior.
7 anotaciones en 11 partidos –solo 3 en acciones de movimiento– sustentan lo dicho, y de cierta manera justifican la posición en la tabla, los pocos puntos acumulados, y las sensaciones de inseguridad que transmite. Con goles se suma, y se disimula.
Nunca marcó dos veces en un mismo día, y en cuatro ocasiones se fue en blanco, escaseando las celebraciones, con el perjuicio de que solo frente a Huila –terminó perdiendo 2-1– y ante Millonarios y Bucaramanga –en la interinidad de Elkin Soto– estuvo arriba en el tanteador.
Desde lo numérico, terrible balance; desde lo deportivo, todo por mejorar, reclamando rendimientos personales óptimos porque Miranda y Pajoy no corresponden a la expectativa, Lemos está fuera de forma, Méndez vive lesionado, Cubides no trasciende, y a Dayro le pesan los años.
Alejandro García está borrado, Santiago Muñoz parece más defensor que delantero, y Sherman, lejísimos del talentoso volante de antaño. De tal tamaño es la crisis que el 'pelao' John Deivy Araujo emerge como alternativa estando apenas en etapa de aprendizaje.
Aun así, y advirtiendo que la era Sarmiento carece de victorias –dos empates, dos derrotas– hay progresos colectivos en ataque, se avanza con más hombres, los extremos interiorizan, y el volumen es superior, contrario al Dayro solitario esperando en punta, que era lo habitual.
Frente a Pasto, en el estreno de Sarmiento, hubo tres claras de gol desperdiciadas por el ídolo; contra Huila, imperdonables las de Sherman y Pajoy; y ante Envigado, el arquero Joan Parra fue figura al atajar sendos remates con aroma de Luis Pérez y Sherman Cárdenas.
Se crean, no se definen; apreciando la evolución, no la resolución, teniendo inclusive que remar contra la corriente porque en Neiva, Riquett fue expulsado en los albores del complemento, y en el Polideportivo Sur, Torijano dejó el equipo con 10 arrancando el choque.
Que es otro hecho atentatorio contra los intereses del club. Pereira, en el clásico, se adelantó a los dos minutos por descuido defensivo, y Envigado, a los 360 segundos, ya estaba con uno más por la roja a Torijano en un mal cálculo, inaceptable por su experiencia y trayectoria.
Es decir, al alto grado de ineficacia, y a los errores individuales, se debe que Once Caldas no supere la racha negativa, con cifras preocupantes de cara a una futura clasificación, esbozando vacíos con relación al verdadero contenido y al peso de sus fichas, y temiéndole a la B.
El propio Sarmiento hizo notar, por ejemplo, los líos sobre la marcación izquierda que los condujeron a probar con Leider Morán, central improvisado que gustó, mismo caso Araujo, incitación plena para que se atreva con juveniles, muy de ‘boga’ en el país por estas fechas.
Chicó, Águilas, Millonarios, América, ponen nóveles, quienes producto de la confianza, y de las repeticiones, vienen constituyendo una base importante, consolidándose en la titular.
Aquí también es hora de cambio, y la invitación parte desde la defección de los veteranos. De hecho, por condición futbolística, mayores como Piedrahíta y Pajoy, los experimentados Celis, Pico, Miranda y Artunduaga, y extranjeros como Gallardo y Méndez, no actúan, cuando serían los llamados a ocupar la primera línea. La mayoría ya no dan más.
Otra vez, la responsabilidad recae en el armado del plantel, disculpando a la dirigencia, pues igual que prensa y aficionados, quedamos convencidos, a comienzos de año, de que había acertado, con la salvedad de que no contábamos con qué algunos solo vivieran del nombre.
Hasta la próxima...