Conmovedora reacción de los hinchas de Once Caldas en torno al regreso de Néstor Mario
Marín como preparador de arqueros, tanto, que muchos señalaron que era la gran contratación hasta ahora, lo que no es común siendo solo un integrante más del cuerpo técnico.
Méritos de un profesional íntegro que entrenó a Juan Carlos Henao en el culmen de su carrera, puso a José Fernando Cuadrado como golero mundialista, a Agustín Julio en una selección, y en México destacaron el nivel de los goleros Ochoa, Corona y Talavera, en Rusia 2018.
Calificado como uno de los mejores en su cargo, tiene trayectoria, y entusiasma que se mire el talento local. Al igual que Néstor Mario, aquí hay técnicos estudiosos, que han viajado por el mundo, preparadores físicos graduados, que vale la pena, se les considere.
Andrés Felipe Rozo, Julio César Ocampo, Silvio Arango, Jaime Giraldo, Jaime Yepes, Gerson Mayo, o los veteranos Tito Correa, Herney Duque, Paco Castro, Juan Carlos Bedoya, están ahí, y por supuesto Elkin Soto, en plataforma como DT para un futuro próximo, eso sí con un plantel competitivo.
La Fiera Gutiérrez, por ejemplo, campeón de torneos aficionados, sería útil en el área de definición, en la que los ‘pelaos’ Araujo, Mera, Valencia, Mejía, y Beltrán, demostraron una falta de fundamentación terrible. Hasta Lemos se vería beneficiado.
La vinculación de Marín fue un golpe sobre la mesa, en el entendido de que había salido mal la última vez, lo que ofrece dos lecturas: le dieron autonomía a Hernán Darío Herrera que lo había solicitado, o habrá cambio en algunas de las políticas del equipo.
Hasta ahora jugadores del perfil que gustan al presidente. El arquero James Aguirre, suplente en Bucaramanga hasta esta temporada en la que fue figura, aunque no clasificaron, mismo caso de Jaguares, de donde llega Mauricio Castaño. El otro es Daniel Quiñones, sin
contrato, procedente de América.
Hablando de juegos nacionales, bastante positivo el balance para Caldas, pues así la cosecha estuviera por debajo de las 24 presupuestadas de oro, las 18 finalmente registradas dieron para un histórico lugar en el casillero general.
La dorada en campo que faltó para superar a Santander, la perdieron las pesas de esa región por un falló post juegos, vía administrativa, por lo que Caldas pasó del octavo al séptimo puesto igualando sus mejores participaciones en el eje cafetero 1988, y Boyacá-Nariño 2000.
Las 94 preseas en total son un magnífico logro, siendo el quinto departamento en cantidad de metales. Fuerte aplauso para deportistas, técnicos, monitores, dirigentes, colaboradores y voluntarios que hicieron del proyecto una realidad.
Extraordinaria Stefanía Gómez Hurtado con sus 3 oros, 4 platas y 1 bronce, 8 medallas que la ubican cuarta en el listado de estrellas por detrás de las también nadadoras Karen Durango (10 total, 6 oros), Isabela Arcila, (6 oros, 2 platas), y Tiffany Murillo (4 oros, 2 platas, 2 bronces).
Sin ocultar la pobre gestión administrativa inicial, porque como sede entramos fracasados con el incumplimiento en las obras, al punto de que hubo programación en sitios aún en construcción como el coliseo menor, tampoco es que nos hayan tocado los eventos más llamativos.
Las transmisiones de Señal Colombia fueron un valioso intento de difusión, aunque la producción escogió inoportunos cambios de señal, como cuando suspendieron finales de natación para presentar un calentamiento de voleibol.
Nulo el cubrimiento de los canales privados, y de los medios nacionales, sin darle la importancia a estos ‘símbolos de la patria’ que, con su talento, capacidad, sacrificio y esfuerzo, constituyen un verdadero orgullo nacional.
Hasta la próxima...