Llegamos a la era digital con el firme compromiso de estar a la vanguardia de los cambios constantes que trae la tecnología. Uno de ellos, que está revolucionando la forma en que vivimos, es la Inteligencia Artificial (IA). Esta tecnología emergente tiene potencial para generar un impacto significativo en todo lo que hacemos, y en especial en sectores como salud, educación, industria, comercio y hasta el campo. Sin embargo, su desarrollo no es posible si como sociedad no logramos adquirir compromisos concretos a la hora de su aplicación.
En esta construcción, contar con la disponibilidad de datos abiertos, de uso público y no personales, es necesaria para desarrollar la IA, ya que contar con conjuntos de datos diversos y numerosos, nos permite entrenar y mejorar sus algoritmos de manera más efectiva, pues el rendimiento del sistema está directamente relacionado con la cantidad y calidad de la información utilizada para su entrenamiento. Entonces, si Colombia quiere ser un país desarrollado tecnológicamente tiene que ser un país productor de datos.
Poder recopilar datos servirá para tomar mejores decisiones, definir inversiones que tengan verdadero impacto y lograr beneficios sostenibles para las comunidades, entendiendo bien sus necesidades. En las bases de las diferentes entidades públicas reposa una inmensa cantidad de data con el potencial de generar transformaciones en otros sectores, pero esto no ocurre porque actualmente no se puede hacer ese intercambio, que se conoce técnicamente como interoperabilidad, debido a que no existe una legislación sobre la materia.
Ese es el corazón del proyecto de ley para uso de datos que presentamos desde el Ministerio TIC esta semana. Buscamos organizar el suministro, intercambio y aprovechamiento de la infraestructura de datos del Estado, y la interoperabilidad de los sistemas de información de las entidades públicas. ¿Qué quiere decir esto? Que los datos anónimos estén disponibles para que el Estado pueda tomar mejores decisiones, y por lo tanto generar mayores beneficios.
Para entenderlo mejor se puede dar un ejemplo. Una alcaldía quiere adelantar un proyecto para reducir la siniestralidad vial, pero no sabe dónde hacerlo para que genere verdaderas reducciones. Entonces, si cuenta con los datos sobre los lugares donde más se estrella la gente, o cuáles son los vehículos en los cuales esto ocurre con mayor frecuencia, puede dirigir mejor sus inversiones. Esto lo puede lograr teniendo acceso a los datos de siniestralidad vial que reposan en otras entidades, donde muy posiblemente han sido analizados y estudiados, y pueden guiarlos mejor. En ningún momento se hablará de que los siniestros son causados por Juan o María, pues la información siempre será anónima y general, no particular.
Este último punto es muy importante, porque la ley que presentamos es respetuosa, en todo momento, de la privacidad de las personas y del Hábeas Data, entre otras legislaciones referentes al tema. Lo que buscamos es poder utilizar lo que se conoce técnicamente como datos anónimos o pseudoanónimos, es decir, información que no tiene nombre ni apellido. Se trata de datos maestros, de referencia, geoespaciales y similares, que sirven para la construcción de política pública y el desarrollo del país, siempre pensando en el beneficio de los ciudadanos.
Queremos revolucionar el desarrollo tecnológico y estamos seguros que entre todos y todas consolidaremos el camino correcto para convertir a Colombia en líder y PotencIA Digital.