Agosto es un mes con piel de viento.
Si del cuero salen las correas, de agosto salen las cometas que empiezan a chulunguiar en el firmamento.
Por estos días, las cometas toman la forma del recipiente de tiempo que las contiene: agosto.
Este mes no le niega un ventarrón ni a su mejor enemigo.
Es una especie de baño turco en el almanaque porque le pone grafitos al cielo.
Esos grafitos, claro, son las cometas en sus diversas modalidades.
Las cometas andan por las calles de agosto con el tumbao que tiene el viento al caminar.
Una nieta le dijo a Gloria Zea:
- Abuela, las cometas demuestran la existencia del viento.
Hay cometas que hacen visitas de médico, cada 75 años:
El más célebre es el cometa Halley, que ojalá nunca nos vaya a caer en el dedo gordo del pie. Nos dañaría la lustrada de los zapatos.
Ilusiones con cola son las cometas que en alguna época los chinches fabricábamos con varillas cogidas al lado del río.
Como las novias engañadas que gastan su tiempo esperando la llegada de amores prófugos, el año se la pasa deshojando las margaritas de los días esperando la llegada de agosto.
Las cometas –botella arrojada al mar del aire- viven con la vida pendiente de un hilo que es el cordón umbilical que las ata al viento.
Como este mes tiene su encanto, veamos algunos personajes que nacieron en jurisdicción de agosto.
Fidel Castro, reencauchado, cumplía el 13 de agosto.
Napoleón Bonaparte decidió que su día para nacer era el 15 de agosto. Fue el que dijo que el cementerio está lleno de gente imprescindible. Incluido él, claro.
Leonard Berstein, director de orquesta, y el músico Debussy, le pusieron música a agosto.
Lo mismo el escritor francés Guy de Maupassant.
También el escritor ruso León Tolstoi, quien nos enseñó, creo, que para pintar el mundo había que empezar por pintar la propia aldea.
El alemán Goethe, considerado uno de los hombres más brillantes que ha producido este acabadero de ropa que es la tierra, decidió que era más poético nacer en agosto.
Y para no alargar el chico, también nació este mes, Neil Armstrong, el primer hombre que puso el pie – mejor dicho, los dos pies- en la luna. Neil aprovechó que no había policías cerca para robarse unas cuantas rocas.
De agosto 28 es San Agustín, quien sentó esta jurisprudencia que he tratado de hacer mía: la riqueza no consiste en tener mucho sino en necesitar poco. (Y espero no estar calumniando al hijo de doña Mónica porque me excomulgan los agustinos de La Linda que trataron de desasnarme).