A sus primeros 80 años, que cumplió el 27 de junio, confiesa que ha vivido y que todo se lo debe a Dios, la familia, la radio, el fútbol, la política, los amigos que los tiene de todos los tamaños, a “esa ráfaga”, el tango, la salsa, el bolero y la música vieja. El manizaleño Bernardo Tobón Martínez tiene más vidas que tres gatos juntos. Se disputan su cuna las ciudades donde ha ejercido su oficio de hombre de mundo, de mando y de radiodifusor.
Berrió por primera vez en ondas corta y larga en Manizales, donde nació; en Cali, gateó entre los tubos, estudios, controles y transmisores de Radio Pacífico y La Voz de Cali de la mano de su taita, don Bernardo Tobón de la Roche, de Rionegro, y de su madre, doña Isabel Martínez Villa, de Santa Fe de Antioquia. En Bogotá, en compañía de su fallecido hermano Germán, empezó a darle su propio brillo y esplendor a la radio en Continental, de Todelar, donde hicimos escuela muchos que hoy peinamos canas. Su hermana Mercedes, residente en Buenos Aires, y casada con el fallecido cantante de tangos Roberto Mancini, completa la trinidad de los Tobón Martínez.
Está clarísimo que la culecada no vino a calentar la banca ni a vivir de un apellido que es sinónimo de la mejor radio en Colombia hace varias décadas. Los Tobón vinieron a hacer las cosas bien. La palabra mediocridad no figura en el léxico familiar. A Barranquilla fue a templar como gerente de Caracol, cuando su padre lo puso de patitas en la calle en noviembre de 1988 cuando era gerente de Todelar Medellín. A pesar de la decisión paterna, de marginarlo del Circuito del loro, Bernardo Jr. jamás deja escapar una desafinada nota contra su progenitor. Todo se le va en agradecimiento y admiración por él.
¿Por qué barajó así el viejo? Averígüelo, Vargas. Mientras Vargas averigua, desde hace años andan en el lío de la sucesión con los Kaim, de origen judío, la segunda familia de su padre. “Solicitamos lo que nos corresponde”, suele decir Bernardo. Para apalancar su reclamo y el de los suyos, aparte de haber cargado ladrillo en la empresa, el actual presidente del Sistema Radial BT recuerda que su madre aportó un millón de dólares en 1952 para la compra de La Voz de Cali. Esa estación fue la cuota inicial del que fuera próspero emporio periodístico radial que ahora vive de sus nostalgias.
Desde hace años, Bernardo, padre de tres hijos y tres veces abuelo irresponsable, se goza el clima y la gente de Medellín donde se deja mimar de su arma secreta, Luchi, su esposa, de quien es deudor amoroso. Su condición de “bon vivant” se le nota hasta en la forma de vestir, caminar, sonreír, amarrarse los zapatos. Elegante por inercia, no deja ningún detalle al azar. Este exempleado suyo que se ganó el primer salario de 900 pesos en Todelar Bogotá de finales de los años sesenta, empina el codo para brindar por su vida y milagros.