Petro cumplió con su política de decrecimiento al no firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos y por eso alcanzamos mínimos históricos de reservas de gas con 6,1 años, y unas reservas de petróleo que no mejoran desde la llegada de este Gobierno con 7,1 años.
El gas natural corresponde a la segunda fuente de energía primaria en Colombia con el 27% de la matriz energética. Sin embargo, el próximo año tendremos un déficit de gas de 7,9% que alcanzará más del 50% en el 2027 según la UPME. Naturgas estima que en el 2025 será el 12% de la demanda y el 2026 el 30%. En 2013 las reservas de gas eran de 5.508 gpc generando 12,1 años de reservas, mientras que en 2023 contamos con 2.373 gpc equivalente a 6,1 años. Una caída del 57% en 10 años.
El caso del petróleo es parecido. En el primer trimestre de 2024 el nivel de producción está 35% por debajo de los niveles del 2019. Hoy producimos 204 mil barriles diarios menos que en 2015, y 92 mil menos que en 2019. En 2023, las reservas probadas de petróleo disminuyeron en 54 millones de barriles.
Según Corficolombiana y Bancolombia, las principales causas de la caída se deben a la no firma de contratos de exploración y explotación lo cual no permite encontrar nuevas fuentes de hidrocarburos y su posible explotación; al aumento de la inseguridad del país que ha resultado en una caída de la inversión en exploración del -4%, y que la perforación de pozos exploratorios cayera en -45% en 2023. También por la reforma tributaria de Petro del 2022, que le puso una sobretasa de renta a todo el sector, y la no deducibilidad de las regalías que tumbó la Corte hace unos meses.
El sector de hidrocarburos no ha logrado volver a los niveles del 2019 antes de la pandemia, cuando el país tenía 417 campos activos y en el 2024 se redujo a 342 de los cuales 186 producen menos que en 2020. En el primer trimestre de 2024 el sector se encuentra 12% por debajo del 2019. Era una necesidad que este Gobierno hubiera impulsado el sector, sin embargo tomó el camino de destruirlo.
El gas importado de Colombia proviene de Estados Unidos y Trinidad y Tobago. Lo preocupante es que es 3,6 veces más caro que el producido en Colombia. Con el propósito del Gobierno Petro de seguir importando, pero de Venezuela, las tarifas subirán para los 12,5 millones de hogares que usan este combustible. El gas natural es el servicio público más barato en el país. Según el DANE solo representa el 0,8% del total de la canasta de consumo de los hogares.
PDVSA, la empresa petrolera venezolana, no puede importar gas a Colombia por una prohibición expresa de Estados Unidos. No obstante, Ecopetrol quiere empezar la importación desde noviembre del 2024 y está a la espera de una cláusula especial de Estados Unidos. Pareciera que el Gobierno Petro quiere arriesgar la autosuficiencia de gas colombiana para financiar la dictadura.
En 2026 el país tendrá que adoptar una nueva política de recuperación del sector y seguir el camino de la transición energética por medio del gas y los biocombustibles. Una de mis propuestas está formulada en mi proyecto de ley de gas licuado donde busco aumentar los subsidios al consumo de gas licuado en estratos 1 y 2 que hoy cocinan con leña en el país. Esto mejorará la calidad de vida de 814 mil hogares.