Al gran estadista y pedagogo del siglo VII a.C, Licurgo, pensador de la Esparta clásica, creador de los ideales espartanos, se le preguntó en alguna ocasión qué era para él lo más urgente e infaltable para el progreso y felicidad del ser humano. Su respuesta fue invitar al lugar de reuniones y esperar su mensaje. Llegado el día, Licurgo se situó a un lado del escenario y sin decir palabra dio la órden de empezar: salieron unos conejitos brincones y tiernos que tras grotesca escena y gritos de rechazo fueron destrozados por bravos perros que saltaron tras ellos; nada dijo Licurgo, pero hizo señal de espera. Pronto salieron al escenario otros conejitos tersos y pronto salieron otros briosos perros, que al contrario de los anteriores se dieron a jugar con los conejillos trayendo risas y aplausos entre los asistentes.
Ahora sí habló: lo visto, señores(as) es mi respuesta a la pregunta hecha ayer; han visto un cambio de actitud y fue posible gracias a la educación. Después de varios encuentros aprendieron a no atacarse, sino a convivir. Lo mismo pasará en Esparta si nos educamos en el amor y la convivencia.
Hoy estamos llenos de información, estamos repletos de noticias, imágenes, conferencias, mensajes en aulas escolares y los medios digitales de comunicación, dice Yuyal Noah, autor de Sapiens, Homo Deus y 21 lecciones para el siglo XXI, y prosigue: mucha información sí, pero poca educación para preguntas como, quiénes somos, qué debemos hacer en la vida. Necesitamos una idea clara sobre el sentido de la vida, pues de lo contrario estaremos distraídos, jugando o peleando.
Resalta que en El rey león, Disney muestra bien lo que habría que hacer hoy y con urgencia. Cuando el pequeño Simba quiere conocer el sentido de la existencia, su padre el gran león Mustafá le cuenta el gran círculo de la vida, le da el relato vital de existir.
Preocupa ver que en muchas aulas y hogares se ha callado el relato esencial de la vida, se informa, se entregan datos, pero no el por qué y el para qué y menos aún dónde se encuentra la puerta para entrar al sendero sólido para avanzar, convivir, y mejorar el mundo. Felicitaciones y gratitud a nuestros educadores. Cristo es el relato vital.