El dos de agosto de 1.942 un ahumado y viejo tren entró con un cargamento humano de niños, jóvenes y adultos y bajo la custodia de los feroces servidores de Hitler al campo horrorífico de Auschwitz ..Así llegó a ese sitio una chica de 51 años; le marcaron su sitio, el 44070.
Aquella mujer se llamaba Edith Stein procedente de un hogar común, póbre y de tradiciones judías. Alguien la describió de niña: “ es un renacuajo sensible, inquieto, vehemente e irascible “ pero de una inteligencia profunda. En 1.911 ingresa a los estudios universitarios que serán parte importante de su existencia enfocada hacia el encuentro de la verdad.
Llega a ser eximia en este campo: Alumna y profesora de latín, griego, historia y filosofía; pronto era articulista y conferencista prestigiosa; llegó a ser cercana y amiga de filósofos como Edmund Husserl, Max Scheller Heideguer, Javier de Zubirí y otros. Al estallar la guerra se ofrece como enfermera unida a la Cruz Roja.
En medio del conflicto ella entra también en crisis: El por qué tan feroz activismo, qué busca el poder en el mundo, dónde encontrar una roca firme sobre la cual pararse con firmeza.
Una buena jornada de estudio y servicio va a abrirle el camino asi hasta el éxtasis; encuentra la Cruz en la vida sufrida de una de sus amigas: Ana Reinoch quien muere en medio de una fortaleza increíble y una paz deseada. Pero faltaba un paso: Al leer el Evangelio y la vida de Santa Teresa de Jesús logra decir con ahínco: “ aquí está la verdad “ y con ella la Belleza y la Bondad .
Pide el Bautismo en la Iglesia Católica y entra a la comunidad monástica de las Carmelitas el 14 de octubre de 1.933 tomando el nombre de Benedicta de la Cruz. Llegan jornadas de terror, con las hermanas de la Comunidad debe huír muchas veces de la persecución Nazi no sólo por ser de procedencia judía sino por ser Cristiana y profesar un Credo diferente al del Furer.
El 9 de agosto de 1.942, una semana después de llegar al campo de concentración es matada en la cámara de gas. Desde entonces aún hoy el sitio marcado con el numero 44070 es visitado a diario; ya ha sido canonizada y puesta como ejemplo de fidelidad, búsqueda, entrega, valentía y certeza.
Ojalá que vidas como ésta nos señalen caminos de realidad, entrega más que reclamos, paso de la oscuridad a la luz, del dolor al gozo. Hay números que son llamadas y son útiles para llamar.