Mary Grueso es la escritora afro colombiana más exitosa y recocida en la actualidad. Con paciencia y dedicación se labró su camino en un mundo difícil como lo es el de los libros, el cual todo el mundo pondera, pero pocos realmente atienden. Su primer paso en serio lo dio en el Encuentro de poetas mujeres que organiza en Roldanillo, en el Museo Rayo, Águeda Pizarro desde hace varias décadas. De ahí pasó a la Feria Internacional del Libro en Bogotá donde dio a conocer su poesía tan original y tan especial que la siguieron llamando para participar en muchísimos eventos en todo el país y en el exterior. Ser publicada por la UNESCO fue un honor y un logro que la catapultó a la fama y a ejercer un rol modelo que ella con solvencia representa: las letras y los afrocolombianos.
En ella existen dos tipos de escritora: hay una inspirada poeta y una fina cuentista de literatura infantil. La poeta se pasea por su natal costa pacífica convirtiendo en poesía sus manglares, playas y mar y en especial a su gente. Ella no resalta una persona en especial, pero su poesía esta saturada de una mentalidad bondadosa y profunda; festiva y alegre típica de los habitantes de esa franja de paraíso tan amenazado hoy en día. Mary observa y tiene el don de saber verter en palabras las impresiones que se acumulan en su corazón.
Y en Mary hay una profesora que vive en función de sus alumnos. Sabe Mary que la maestra tiene que dar ejemplo y eso es lo que los niños y niñas viven con ella: una mujer solidaria, inteligente, dedicada y enamorada de la vida. ¿Qué más emolumentos hay que proporcionarle a una persona joven hoy en día? Mary educa seres humanos no especialistas en rebuscados temas, ella ayuda a formar triunfadores de las pequeñas batallas a las cuales la vida reta y cita todos los días.
Ella tiene una serie de libros infantiles como „ Muñeca de trapo“ donde plasma ese gusto por acariciar y orientar a los pequeños lectores. Su último libro: „El Pico más hermoso“ es un relato que en su familia ha sido contado por varias generaciones en el cual, por medio de una fábula, se les habla de valores a esos pequeños escuchas. Poner a los animales a representar virtudes y fallas humanas, es un recurso que desde épocas in memoriales el ser humano ha usado como pedagogía. Las parábolas y las fábulas son el vehículo idóneo para exponer temas en sí profundos y complejos, en moldes acsequibles a todos.
El lector empieza por ser encantado al ver un mundo animal que habla, rompiendo así un paradigma; esa contradicción excita al cerebro a saber más. La fábula del paujil que por pereza no va al encuentro donde Dios estaba repartiendo los picos para todas las aves, Mary Grueso enumera 36 y todas del Pacífico, y le encarga al paletón o garrapatero, que se lo reclame y traiga, pero este al ver tan bello pico se lo queda, es muy clara en el mensaje que trasmite. Por supuesto se involucra al famoso „Tío Conejo“ que funge como una especie de arbitro y suceden una serie de situaciones muy cotidianas como el chisme y los egos mal llevados, todas estas situaciones que un niño ve en su entorno y logra entender a través de las consecuencias representadas en este cuento.
La gracia de la lectura de este bellamente ilustrado libro radica en el lenguaje coloquial que usa su autora. Dichos y giros típicos del lenguaje del Pacífico colombiano salen a relucir y le imprimen un sello de originalidad que solo una personalidad como Mary Grueso es capaz de concebir, ya que ella es una mujer carente de ínfulas y no es producto de una tendencia, sino la real representante de la literatura del Pacifico.
En la moda de la etnoeducación este libro adquiere un puesto destacado, pero no es la intención de Mary Grueso de escribir libros con esta caracteristica, ella lo hace porque tiene la profunda necesidad en hablar de ella y su mundo en el cual se siente feliz y a gusto, así como lo viene haciendo los últimos 50 años.