Ayer conversé más de una hora con mi querida amiga venezolana Elsa - E, una respetada periodista que vive en Caracas. Nos conocemos desde 2003 y es ella quien de primera mano ha relatado por mucho tiempo lo que ha sido la realidad del vecino país, las más de dos décadas de ignominia que han vivido. Transcribo su sentir, vivencia y conocimiento de la realidad venezolana.
E: este es el más descarado y burdo atropello de los 25 años del régimen. La única elección que ganaron limpiamente fue la primera, 1998. En el referendo revocatorio de 2004 ya el Centro Carter había advertido un fraude, pero lo dejó pasar de largo. El domingo estábamos ante tres escenarios: 1) no aceptaban los resultados y se robaban las elecciones, lo que sucedió. 2) reconocían el triunfo de la oposición y saboteaban desde ya el nuevo mandato que empezaría en seis meses. 3) se desentendían del país y se marchaban llenos de dinero e impunes a algún refugio. Ocurrió el primero, así fuera radicalmente contra las evidencias. Cuando alguien gana el bingo muestra el cartón y aquí no tienen que mostrar.
Lo que hay en Venezuela es un colapso total, de todo. Los desfalcos son de cifras de no creer, empezando por PDVSA. No hay estadísticas de nada, no hay censo actualizado. No hay justicia, es un pueblo sin ley, un desastre de país. Esta gente no se va a ir por las vías democráticas, dependemos en buena medida de la comunidad internacional. Ya están por fuera ocho millones de venezolanos, y por lo del domingo se calcula que partirán otros dos prontamente. El 30 % de la población por fuera del país, expulsados por el desastre.
Le pregunto qué va a pasar y me dice que no sabe, pero que ¡esto se acabó! Que la situación es insostenible, esa gente se quedó sin pueblo. Las elecciones sirvieron para medir el país. Solo pueden gobernar por la fuerza ¿cuánto tiempo durará?
¿Y las Fuerzas Armadas? El liderazgo en manos de Padrino López está con el régimen, con Maduro, pero hay una fractura muy grande. La mitad de los presos políticos hoy en Venezuela son militares.
En cuanto a los pronunciamientos internacionales coincidimos en lo valioso de lo dicho por Gabriel Boric de Chile y lo sensato del gobierno colombiano. Hoy se pronunció el presidente Petro, y aparte de la retórica innecesaria de siempre, la sustancia del comunicado es buena y clara.
Por mi parte le había gastado buen tiempo a seguirle la pista a la coyuntura venezolana, estaba bien enterado, pero el peso enorme, la contundencia del testimonio de mi amiga Elsa fue mucho más esclarecedor que toda la información recopilada. La vivencia directa transmite un conocimiento profundo e irrefutable.
Salen ahora los agoreros de la extrema derecha colombiana a predecir que en las elecciones presidenciales de 2026 de aquí va a pasar lo mismo, que Petro y los suyos se las van a robar al estilo Maduro. Estas afirmaciones lo que demuestras en una ignorancia tremenda de nuestra realidad política e institucional. Hay serias diferencias con la Venezuela del régimen chavista. En Colombia hay separación de poderes públicos, contrapesos políticos fuertes y una sociedad civil vigorosa. No me cabe duda de que en dos años Petro entregará el poder y que su proyecto político perderá. Hay que darle gracias a Santos por sacar la reelección de la Constitución. Para los ciudadanos de a pie, no hay que tener miedo, aquí no pasará lo mismo.
Recomiendo ver las entrevistas que le han hecho al expresidente español Felipe González sobre Venezuela. ¡Qué claridad y ecuanimidad!