Una obra con 6 meses de retraso. La duda de si la inversión de 3 mil 934 millones de pesos en una piscina semiolímpica servirá para algo o si esa platica se perderá. El temor de una veeduría ciudadana de exigir lo mínimo, que la plata pública se invierta bien. Ese es el panorama actual en Riosucio, Caldas.
El medio digital de investigación Pensé que 'Voz' sabías denunció el pasado 17 de septiembre que una de las grandes ejecutorias del exalcalde de Riosucio Marlon Alexánder Tamayo Bustamante (avalado por el Centro Democrático y apoyado por los partidos Liberal, Conservador y Mira), que debía estar terminada en marzo pasado, lleva 4 prórrogas y apenas va en el 68,2% de ejecución.
El medio cuenta que hay varios detalles llamativos en este contrato cuyo objetivo es construir una piscina semiolímpica con sus áreas complementarias en una primera fase. El contrato se firmó el 28 de diciembre de 2023, día de los santos inocentes, y a tan solo 3 días de que se terminara la Administración. El plazo para entregarla vencía el 28 de marzo de 2024. Solo tres meses para hacer una piscina de esas características.
La preocupación de la veeduría es que la piscina no termine sirviendo ni para las competencias profesionales (por falta de elementos técnicos esenciales para las mismas) ni para lo recreativo (por la profundidad de 2 metros, lo que representaría un peligro para quienes no son nadadores profesionales).
Dicha piscina ocupó el cuarto lugar en el Top 5 de las inversiones más costosas de Caldas en los últimos cuatro años que Pensé que 'Voz' sabías publicó en agosto pasado basado en derechos de petición enviados a los municipios del departamento.
Como si todo lo anterior fuera poco, cuando Pensé que 'Voz' sabías solicitó una entrevista a la administración municipal para pedirle claridades sobre el proyecto, en la oficina de prensa de esa Alcaldía quisieron condicionar la entrega de la información a una fecha posterior a la que el medio tenía como límite para publicar, esto sin razones de peso y desconociendo que entregar información pública es un deber de los funcionarios, no un favor que pueden hacer cuando quieran.
De casos como este está lleno el país. Mandatarios que prometen obras a costa de lo que sea para ganar réditos políticos. Ciudadanías temerosas de denunciar o con escasos conocimientos para reclamar sus derechos y administraciones municipales que no dan cuentas claras y oportunas del manejo de los recursos públicos. Un coctel perfecto para que la politiquería y el mal manejo de lo público permanezcan por los siglos de los siglos.
Lo peor es que en Riosucio también tienen problemas con la ampliación y mejoramiento de 6,5 kilómetros de vía entre ese municipio y Jardín (Antioquia), una obra que se adjudicó en septiembre de 2022, pero que en abril pasado apenas estaba en el 25% de avance, como lo contó este periódico.
Ambas veedurías claman porque las autoridades competentes tomen medidas prontas en estos casos, que alguien les ponga cuidado, que alguien evite que esos dineros se pierdan y que la ciudadanía se quede sin las obras. Pero en serio, que no se queden en declaraciones vacías.