Es normal que en la turbulencia nacional se pierdan mega tendencias internacionales. Y aún en este nuevo mundo multipolar, donde ya cinco de nueve países en Sur América tienen a China como su principal socio comercial, se vuelve imposible desconocer el crecimiento de India, promediando mas de 6% anual este siglo. Este país ya es la quinta economía mundial en términos nominales y la tercera si se ajusta por poder adquisitivo. Anclarnos a los motores de crecimiento asiáticos garantiza nuestra futura prosperidad. Ahora que con esta Casa de Nariño nos estamos deslindando del mundo occidental, una apuesta por estrechar vínculos comerciales con India, por lo menos debería ser posible.
Intimidado por ataques políticos en contra de la libertad económica, el Gobierno pasado declinó la invitación para ser parte del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Este tratado, además de haber significado la consolidación de la Alianza del Pacífico, hubiera facilitado el comercio y la inversión entre Colombia y los países en la cuenca Pacífica. Con miembros que representan el 13% del PIB global como Australia, Canadá, Japón, Singapur, en total 11 países, el acuerdo simplificaba trámites, aranceles y protección a la inversión. Sobra decir que Perú, Chile y México astutamente dijeron que sí.
Muchos industriales lamentan cierres como Colmotores. Otros gremios se frustran al ver que las empresas que están dejando a China no vienen a Colombia. En parte, se debe a la decisión de no hacer parte del TPP, pero en general por estar por fuera de las cadenas de valor global. Mientras tanto, México acaba de superar el año pasado a China como el principal exportador a EE.UU. No podemos seguir repitiendo esos errores con India, tenemos una nueva oportunidad de acertar. Así como China se familiarizó con América Latina desde su ingreso al final de los 90 a la OMC, India hará lo mismo durante esta década.
Lectores de esta columna pueden haber visto que en abril de 2023 India sobrepasó a China en población, que en agosto del mismo año se convirtió en el cuarto país en llegar a la luna, que los nuevos mandatarios del Reino Unido, Portugal e Irlanda son de ancestros de la India como lo es gran parte de la dirigencia de Silicon Valley, así como muchos colaboradores de la Casa Blanca. Según S&P, antes de finalizar esta década, India pasará a Japón, para ser la tercera economía del mundo en términos nominales.
A pesar de ser tan solo US$1.590 millones las exportaciones de Colombia a India, han crecido 15,5%, en promedio anual durante las últimas tres décadas. Eso sí, hay que diversificar la canasta exportadora. El petróleo representa 72% de las exportaciones, seguido por el carbón y el oro. India, más que todo, exporta farmacéuticos, carros, motos y químicos para lograr US$3.960 millones de balanza comercial. ¿Por qué no pensar en un tratado de libre comercio con India, suscribir otro tratado de protección a la inversión o ser el primer destino de empresas del subcontinente cuando abran operaciones en América Latina?
Dado que no participamos del crecimiento con China, ni de la cuenca del Pacífico, ni vamos a hacer TLC con Japón, ni con Vietnam, una buena apuesta podría ser India. Lo otro es seguir en lo mismo de los últimos 10 años que no es gran cosa.